Monterrey N.L.-
En el penal del Topo Chico se encuentran internadas poco más de 450 mujeres con sus hijos, y debido a las condiciones poco favorables en que se encuentran, se realizó una investigación en la que entre otras cosas, se busca establecer que se reduzca la edad de permanencia en estos espacios y que los niños ejerzan sus derecho de vivir en libertad.
“Derechos de Familia y Diversidad. Los derechos del infante y las estancias penitenciarias” es el título del libro editado por la UANL , por Fernández, Fromow, Rivera y el Instituto Dipev, S.C. que se presentó el pasado viernes 9 de septiembre en el Aula Magna del Colegio Civil Centro Cultural Universitario.
Patricia Liliana Cerda Perez, coordinadora de la investigación manifestó que hay muchas irregularidades en las penitenciarias y que los menores son los más afectados porque no hay suficiente presupuesto para solventar sus necesidades.
Esta publicación se realizó en conjunto con el diputado federal Waldo Fernández y con Martín Carlos Sánchez , director de Renace , una organización no gubernamental que ofrece asesoría jurídica a las personas de escasos recursos.
“Cuando uno examina las realidades de los penales, ve sus duras condiciones prevalecientes en estos niños, no estoy tan segura si nosotros no habremos olvidado como sociedad, estos principios filosóficos y morales que dieron origen a las sociedades occidentales.
“En esta aula tan histórica , emblemática tan imponente se da cabida al pensamiento crítico y desde este pensamiento crítico hicimos este libro, donde los resultados nos arrojan con la aplicación del método científico, concepciones que nos llevan a reflexiones filosóficas”, afirmó la coordinadora del Centro de Investigación para la Comunicación de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la UANL.
Destacó que la investigación tiene tres elementos centrales: faltan penales femeniles : no hay separación entre procesadas y sentenciadas, y son niños que dependen totalmente de las acciones que pueda realizar su mamá dentro del reclusorio.
De los resultados que arrojó la investigación, se analizó que para el bienestar físico y psicológico del menor, era recomendable que el niño o niña no sobrepase los tres años en la cárcel acompañando a su madre.
“Lo primero que hay que hacer es legislar , definir una edad en base a un sustento, este estudio es un sustento ; y lo segundo, es generar una política pública federal que sea pemeada después a los estados y estos la tomen para poder atender esta problemática, porque estos son niños de manera occidental están pagando por un delito que no cometieron “, manifestó por su parte el diputado Waldo Fernández.
“Claro que el principio elemental es que el niño esté con su mamá , es importante para su desarrollo emocional, pero a los tres años el niño empieza a también a reconocer otras figuras posibles de autoridad, que será el momento que se plantea como idóneo para establecerlo como (edad) tope”, indicó Cerda Pérez.
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