Ciudad del Vaticano.-
El papa Benedicto XVI dio hoy un paso más en la renovación de la Iglesia católica en Irlanda, afectada en los últimos años por los casos de sacerdotes pederastas, al designar un nuevo obispo coadjutor para la Arquidiócesis de Armagh.
La sala de prensa del Vaticano informó que el pontífice designó en ese cargo a Eamon Martin, quien se desempeñaba como administrador de la diócesis de Derry, tras la renuncia del precedente obispo, Seamus Hegarty, también por el escándalo de los abusos sexuales de sacerdotes.
Como coadjutor, Martin tendrá derecho a suceder al actual arzobispo de Armagh, el cardenal Sean Brady, al cual todavía le quedan dos años más en el cargo antes de cumplir los 75 años, la edad de jubilación obligatoria de los prelados católicos.
El nombramiento de este viernes llegó tras repetidas solicitudes de dimisión lanzadas contra Brady por haber cubierto casos de abusos sexuales a menores, en parte admitidas por el purpurado.
Cuando el caso salió a la luz, en 2010, él mismo confesó “sentir vergüenza” por el hecho de haber estado presente en reuniones en las cuales los niños debían suscribir empeños al silencio sobre las denuncias contra el sacerdote Brendan Smyth, muerto en 1997.
Por una antigua tradición es Armagh y no Dublín la arquidiócesis católica más importante del país, por lo que su titular es el arzobispo primado de Irlanda, por lo general un cardenal.
Apenas el 10 de enero pasado, Benedicto XVI designó al sacerdote Brendan Leahy, de 52 años, como nuevo obispo de Limerick en sustitución de Donald Murray, quien había renunciado en 2009 también por el escándalo de los curas pederastas.
Antes, un informe de una comisión independiente formada por el gobierno irlandés denunció que Murray había actuado “inexcusablemente” al no investigar los casos de abusos sexuales cometidos por el sacerdote Tom Naughton, cuando Murray era obispo auxiliar de Dublín.
El escándalo de los abusos físicos y sexuales contra decenas de miles de infantes durante casi todo el siglo pasado en instituciones educativas católicas salió a la luz en el año 2003 tras la película “Padre nuestro”, de la directora Aisling Walsh.
Dos distintas comisiones independientes (Ryan y Murphy, por los apellidos de los jueces que las presidieron) investigaron cientos de denuncias.
En 2009 el informe Ryan conmocionó a la opinión pública internacional ya que en sus dos mil 575 páginas se constataron diversos tipos de abusos contra unos 35 mil niños y adolescentes a cargo de 250 instituciones religiosas entre los años 1914 y 2000.
Con base en ese reporte, Benedicto XVI decidió intervenir en primera persona escribiendo una histórica carta a los católicos irlandeses en marzo de 2010, el primer texto público de un papa dedicado al tema de los abusos sexuales.
Además ordenó una visita apostólica (auditoría) a varias diócesis, seminarios y congregaciones religiosas del país. Envió a uno de sus hombres de confianza, Charles Brown, como embajador vaticano en Dublín y aceptó la renuncia a unos siete obispos.
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