Washington, D.C-
El voto religioso podría inclinar la balanza hacia cualquiera de los dos candidatos presidenciales, con el presidente Barack Obama apuntalado por protestantes de las minorías, así como judíos, y Mitt Romney por los católicos blancos y mormones.
A pesar de ser la religión un componente influyente en la política de Estados Unidos, ambos candidatos han evitado hacer menciones frecuentes de sus creencias religiosas durante la campaña de 2012.
Diferentes sondeos han mostrado que algunos grupos no se sienten cómodos con la religión mormona de Romney, razón por la que el republicano sólo ha tocado el tema de Dios de manera muy general.
Asimismo, los estadounidenses están confundidos con la religión cristiana que profesa Obama.
El 35 por ciento de la población cree que Obama no tiene religión, en tanto el 28 cree que es protestante y el 5.0 por ciento lo ubica como católico. Sólo el 18 por ciento lo identifica como cristiano, según un sondeo realizado en septiembre.
En la misma encuesta, la creencia de que Obama es musulmán disminuyó de 17 por ciento hace dos años, al 10 por ciento ahora.
Por su parte, Romney goza del apoyo de los evangélicos protestantes blancos, que son alrededor de un cuarto de la población.
De ellos el 32 por ciento son de 50 a 64 años de edad y el 13 por ciento tienen de 18 a 29 años.
El ex gobernador republicano ganó el apoyo de los evangélicos protestantes en dos de las cinco elecciones primarias republicanas, pero en tres de ellas perdió por un margen muy pequeño.
Al ser nombrado candidato por el Partido Republicano, una coalición de pastores evangélicos reconoció que los tiempos de predominio de los presidentes de Estados Unidos evangélicos ya pasaron y decidieron respaldarlo a condición de que se pronunciara contra el aborto y el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Entre los católicos, el 25 por ciento de la población estadounidense se identifica con un seguidor de esa fe, sin embargo el voto está dividido y es conocido por oscilar entre uno y otro partido en las elecciones presidenciales.
Según la última encuesta del Pew Research Center, casi el 80 por ciento de los católicos blancos en 2012 apoyan al republicano.-
Dicho respaldo ha impulsado en los últimos días la campaña de Romney en estados como Pensilvania, Wisconsin y Minnesota, donde la iglesia católica tiene altas concentraciones de creyentes.
Según el mismo sondeo, el 73 por ciento de los hispanos católicos apoyan la reelección del presidente Obama.
Ateos y agnósticos o aquellos que se dicen no afiliados a alguna religión, suman el 20 por ciento de la población y son sólidamente demócratas. Según sondeos, en esta elección el 75 por ciento de esos sectores votará por Obama.
Un 20 por ciento de la población pertenece a otras denominaciones protestantes, divididas tradicionalmente con respecto al grado en la práctica religiosa.
Aquellos que asisten con regularidad a los servicios religiosos en general votan por el partido conservador.
En 2008 el 55 por ciento votó por el republicano John McCain, mientras el 45 por ciento de los menos observantes apoyó en la pasada elección a Obama, ya que éstos generalmente se inclinan por el Partido Demócrata.
Las encuestas indican que en 2012 la intención de voto es similar a la de 2008.
En tanto, los protestantes afroestadunidenses, que corresponden al 8.0 por ciento de la población, son mayoritariamente demócratas también.
De entre las minorías religiosas, los mormones apoyan abrumadoramente al candidato republicano, quien fuera obispo de la iglesia de los Santos de los Últimos Días.
Sin embargo, reportes de prensa indican que los hispanos mormones en Arizona se encuentran ante una disyuntiva frente a las posturas del republicano en temas como la ley antiinmigrante SB 1070 y su apoyo a la autodeportación basada en crear condiciones tan difíciles para los indocumentados como para que ellos mismos decidas repatriarse.
Otras minorías religiosas como los judíos, musulmanes, budistas y cultos de New Age se han pronunciado mayoritariamente por apoyar la reelección del presidente Obama.
En una elección tan apretada, donde los sondeos diarios indican un virtual empate entre ambos candidatos desde el último de los debates presidenciales, analistas políticos coinciden en que el grado de asistencia a las urnas será crítico para el resultado de esta elección.
En 2004, una alta presencia en las casillas de los evangélicos blancos, jugó un papel definitivo en la reelección del presidente George W. Bush.
En tanto, en 2008 el presidente Obama resultó favorecido por el aumento en la afluencia de votantes católicos y protestantes.
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