Nuevo Laredo, Tam. / Ene. 4
Cuando ingresan a México los migrantes centroamericanos entran en un ‘estado de sitio’, debido a la gran cantidad de abusos que en su contra cometen algunas autoridades y bandas de delincuentes que los asaltan, roban, golpean y secuestran, aseguró el director de la Casa del Migrante de esta ciudad, Francisco Pellizari.
“Los migrantes no solo son vejados y asaltados en Nuevo Laredo, sino en todo el recorrido que hacen hasta llegar aquí, y aunque parece que han cambiado algunos tipos de abuso en su contra, por ser menos dramáticos, continúan el acoso y la violaciones a sus derechos humanos”, reiteró.
Pero no solo los policías municipales y algunas autoridades abusan de los migrantes, pero dijo que cuando el crimen organizado abusa de ellos, la situación es más dramática, porque los secuestran, y aunque en esta ciudad no son muchos los secuestros, existen.
Comentó el sacerdote católico que en los últimos seis meses algunos delitos cometidos contra los migrantes disminuyeron, y dijo que puede ser debido a que ya se cuenta con un centro de atención a los derechos de estos.
Se quejó de que su voz y la de los migrantes es una voz en el desierto, sin resonancia porque nadie la escucha.
“Ellos han padecido violaciones y abusos, y todo ello quedaba aquí sin tener una respuesta, pero ahora con la creación del centro, sus quejas pueden ser canalizadas debidamente”, expresó.
Pellizari señaló que los policías municipales son quienes más abusan de los migrante al momento de llegar a la Casa del Migrante, o al salir de ella, y señaló que pese a lo que se diga, “prevalece el libertinaje entre algunas autoridades en cuanto al trato que se le debe dar al migrante, y me refiero a que los tratan como si no valieran nada”, subrayó.
Ante este tipo de situación, dijo el sacerdote que la Casa del Migrante no dejará de insistir ante las autoridades de señalar tanto abuso en contra de estas personas, porque se trata de humanos.
Insistió en que se debe levantar la voz para que se le brinde un mejor trato a ellos, que aunque muchos ya se fueron, no deja de preocupar el abuso que les espera a quienes aún no llegan a la ciudad.
La Casa del Migrante atendió durante el 2008, cerca de 10 mil migrantes, y se trata de una cantidad similar a la obtenida en el 2007, pero la migración de personas empobrecidas por la crisis, continúa de manera inalterable, y previó que pudiera aumentar para este año que apenas inicia.
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