Listas van, listas vienen pero a estas alturas no hay nada para nadie.
Los aspirantes a las candidaturas todavía no tienen nada en claro. El listado de posibles candidatos priístas está sujeto a muchas cosas. Los nombres que se mencionan en la edición de ayer de el Expreso son algunos de sobra conocidos, otros requerirán de más esfuerzo para entrar en el gusto de la gente, si es que los hacen candidatos.
Pero lo cierto es que son casi las mismas personas que han estado en el candelero político, muchas de ellas, desde hace décadas.
Como que en Tamaulipas hace falta una sacudidita, para que haya variedad de aspirantes a puestos de elección popular.
Eso sí, de llegarse a concretar que los ex gobernadores Cavazos y Yarrington entren en la lista pluri será un hecho para destacarse, porque ello los posicionará, en caso de que ganen, en el escenario del año entrante cuando se tengan que definir los candidatos a las elecciones locales.
De darse este movimiento, significará que a nivel central el PRI está moviendo sus piezas y no está dejando en manos del gobernador la toma de decisiones respecto a candidaturas.
Será tal vez el preludio del control que antes se ejercía cuando existía el presidencialismo.
Pero de todas formas, las candidaturas no están definidas para nadie, y menos los triunfos.
Esta será una elección cara, como lo fue la anterior cuando el PRI se quedó con todas las diputaciones locales, su triunfo dependió de muchos maletines llenos de dinero.
Después de lo que les había ocurrido en la elección federal donde perdieron prácticamente todas las posiciones, prefirieron no andarse por las ramas y apostarle con el dinero disponible a concretar alianzas y asegurar triunfos. La humillación habían sido muy grande.
Hoy las cosas no serán distintas, habrá que echar mano del dinero en todas sus formas para que la ciudadanía responda.
Se trata de la elección del 2012 la que está en juego, no la del 2009.
Los partidos políticos saben de la importancia de las elecciones intermedias, ellas les pueden llevar a un control de la Cámara de Diputados que es necesario para montar la elección presidencial.
Por eso estamos viendo que se barajan nombres de ex gobernadores en las listas, porque el PRI a través de Beatriz Paredes está buscando ganar a toda costa, hay que preparar el terreno y se requiere un poder legislativo a la medida.
Y pues quieren gente probada en las urnas, aunque sabremos hasta el final si esto es benéfico o perjudicial.
Habrán aprendido los priístas del fracaso, o seguirán creyendo que la gente votará a su favor por que sí y sobre todo, que les dejará que hagan lo que quieran como acostumbraban antes de la elección del 2000.
Serán tan dadivosos como para permitir que en bien de su partido y su posible triunfo presidencial lleguen los candidatos que realmente aseguren los triunfos, o persistirán las parcelas de poder como las que florecieron en los gobiernos estatales priístas con la desaparición del presidente tricolor.
Todo eso está en veremos, también los nombres de los candidatos, todavía no hay nada y ni caso tiene que se pongan a relamerse los bigotes, mejor que se dediquen a trabajar en sus actuales encomiendas.
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