Oaxaca, Oaxaca.-
El aroma de la convulsión social de 2006 ya no se percibe en esta ciudad. Flavio Sosa es diputado, el ex rector Felipe Martínez Soriano es vitoreado, y Andrés Manuel López Obrador es recibido por indígenas zapotecos que lo colman de collares hechos con dulces y flores de cempasúchitl.
El candidato del Movimiento Progresista ha arrancado el segundo tramo de su lucha por la Presidencia en la tierra de Juárez, donde la indignación social persiste pese a que el PRI fue derrotado.
Sin el gobernador aliancista Gabino Cué cerca, López Obrador baja de su camioneta. Lo espera el Frente Indígena Zapoteco.
Se escucha el himno del Morena mientras una avioneta surca el cielo con bocinas a todo volumen que piden votar por López Obrador y por el candidato a senador Ángel Benjamín Robles. Hay contingentes de las ocho regiones. Ignacio Aguilar, busca un rincón con sombra. Trae puesta su camisa y sombrero para los domingos. Tiene 75 años.
Este anciano resume el sentir de la gente: recibe mil pesos mensuales de ayuda del gobierno federal. Además de atender su terreno, trabaja de peón por 100 pesos diarios y tiene que ayudar a sus hijos que a veces no tienen ni para comer.
Al mitin han llegado grupos con banderas con el rostro de René Bejarano y Dolores Padierna. Hay vendimia.
Es una mañana de campaña para los oaxaqueños. “Yo vengo por mis huevos”, se lee en una cartulina. Otra dice “AMLO, la prole te ama”.
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