Torreón, Coah.-
“Ave Vucetich”. Monterrey vuelve a Japón. Los Rayados están en la élite del futbol mundial al ganar la Liga de Campeones de la Concacaf, al caer 1-2 en el juego de vuelta ante Santos, pero vencer en el global 2-3.
Parecía que todo iría al revés y que por primera vez en su historia, Víctor Manuel Vucetich perdería una final, pero no. Monterrey se recuperó de irse abajo 2-0 y en los minutos finales del tiempo regular, cuando todo el mundo pensaba en el alargue, Neri Cardozo silenció al Corona e hizo gritar a todo Nuevo León, bueno, menos a los que le van a los Tigres.
Vucetich es rey, Rey Midas, con 12 finales jugadas y todas ganadas y otra vez los Rayados van a Japón.
“Ave Vucetich”.
Era verde
Santos tenía la obligación de ir por el juego, al haber caído en la ida por 2-0. No iba a ser nada sencillo, porque el portero regio Jonathan Orozco salió en esas tardes de ensueño, donde parece que el imán de las manos atrae al balón, vaya donde éste vaya.
Orozco calmó el ciclón lagunero con atajadas de todo tipo, de toda clase de disparos de corta, media y larga distancia. Parecía que se saldría con la suya, pero cuando finalizaba el primer tiempo, Daniel Ludueña sacó un riflazo para dar vida al local.
Y en el segundo tiempo, esa vida se volvió esperanza cuando Oribe Peralta empató en el global.
Ahí vino el error. Benjamín Galindo no tuvo la calma suficiente y metió la carne al asador, sacó a Ludueña, lo que le hizo perder los hilos del medio campo y entregó el manejo a Vucetich, al largo y torcido colmillo del Rey Midas.
Sólo era cuestión de tiempo, sólo era cuestión de esperar, los minutos pasaban, pero la ambición rayada no. Luis Pérez comenzó una magnífica jugada que Neri Cardozo convirtió en gol, en el gol del tan ansiado título de la Concacaf.
El tanto cayó como hielo a La Laguna, no se oía nada en todo el desierto, sólo el sonido del silbato del árbitro que decretó el final del juego y el inicio de otro reinado rayado, el cual, esta vez, espera superar lo que se hizo en el Mundial pasado.
Que cómo se dice campeón en japonés, se dice: Ra-ya-do; se dice Mon-te-rrey; se dice Vu-ce-tich.
Santos cayó con la cara al sol, y Monterrey, con el hombre oro en su banca, es más que una garantía cada vez que se disputaba una final.
Doce finales para Vucetich; 12 títulos. ¿Alguien tiene alguna duda?
“Ave Vucetich”.
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