Madrid, España.-
Con la petición de que le den una prórroga de mínimo un año para escribir un discurso “medianamente plausible” pues “Don Quijote no cabe en un fin de semana”, Nicanor Parra recibió el Premio Cervantes, que recogió su nieto Cristobal Ugarte, de manos del príncipe Felipe.
“He llegado a la siguiente conclusión: hay que hablar por escrito. Yo demoro seis meses en armar un discurso que se lee en 45 minutos y que parece que estuviera improvisado”, apuntó el chileno en un discurso que leyó su nieto.
Parra, quien no estuvo en la ceremonia realizada en el emblemático Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares, debido a su avanzada edad -97 años-, deleitó, con sus poemas y antipoemas.
Además, al final de su discurso, se preguntó a sí mismo si se considera acreedor al Premio Cervantes, el galardón literario más importante en lengua castellana, y respondió: “claro que sí, ¿por qué?, por los libros que estoy por escribir”.
Ugarte reveló algunas curiosidades respecto a su abuelo, pues dijo que vive en su casa de Las Cruces, en la costa chilena, “rodeado de libros, la mayoría de ellos versiones y estudios del Quijote”.
También tiene algunos libros de la biblioteca de Don Quijote como los seis tomos de “La araucana”, de Alonso de Ercilla y varias enciclopedias abiertas sobre las mesas y los sillones “con las páginas más importantes señaladas con bolsitas de té recicladas” .
Ugarte comenzó con un poema referente al Premio Cervantes: “¿Esperaba este premio?, no… Los premios son para los espíritus libres y para los amigos del jurado”; siguieron “Soliloquio del individuo”, “La seriedad con el ceño fruncido”, “Somos dos estudiantes de pedagogía”, “Existe”, “La neurosis no es una enfermedad”, “Autorretrato” y “El hombre imaginario”.
Mientras tanto y del otro lado del Atlántico, el poeta -con pijama, chaleco, gorro y bastón- salió como cada mañana a comprar los diarios cuando una reportera lo abordó para decirle que la ceremonia ya se había realizado y que el príncipe Felipe lo había calificado de poeta “rupturista”. “Buena la palabra del príncipe”, dijo Nicanor Parra mientras caminaba apoyado en su bastón.
Parra, acompañado de su hija Catalina, subió en seguida a su viejo Volkswagen escarabajo y ambos partieron a comprar los diarios; Catalina estaba al volante, pero al regreso era el propio poeta el que conducía el auto. Entró en la casa sin hacer otros comentarios y su hija pidió a la prensa que lo dejasen tranquilo, que para el resto del día no quería hacer nada más.
El príncipe Felipe presidió la ceremonia en reemplazo del rey Juan Carlos, convaleciente de la operación de cadera a la que fue sometido tras caerse durante su reciente y polémico viaje de caza a Botsuana.
El heredero de la corona española dijo que Parra es “esencial” en la historia de la literatura, afirmando que el llamado antipoeta y el autor de “El Quijote son espíritus afines”.
Atípica ceremonia
A la ausencia del premiado y del Rey de España se sumó otro elemento para hacer de esta una ceremonia atípica: faltó el tradicional discurso sobre El Quijote y su autor que los galardonados pronuncian.
Y es que “Don Quijote no cabe en un fin de semana”. Fue lo que Parra explicó a su nieto horas antes del acto, en el que Ugarte pidió en nombre del poeta una prórroga de “mínimo un año” para escribir un discurso “medianamente plausible”.
Así, a nombre de su abuelo y con voz firme y las modulaciones adecuadas, Ugarte leyó una selección de versos que junto a los príncipes Felipe y Letizia escucharon el presidente español, Mariano Rajoy, y el ministro de Cultura, José Ignacio Wert, entre otras autoridades.
La hija de Parra, Colombina, estuvo también allí, así como el ministro de Exteriores chileno, Alfredo Moreno, y el ministro presidente del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, Luciano Cruz Coke.
Los poemas que leyó Ugarte fueron escritos por Parra en una máquina de escribir -la “máquina del tiempo”, la llama él- que envió con su nieto a España y que, junto a una carta cuyo contenido no se desvelará hasta dentro de 50 años, será depositada hoy en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes.
Pese a que no hubo discurso sobre El Quijote, en las palabras de agradecimiento enviadas por Parra a Alcalá de Henares sí hubo alusiones al libro de caballería más famoso de la historia de la literatura. “Los premios son como las ‘Dulcineas del Toboso’, mientras más pensamos en ellas, más lejanas y enigmáticas”, leyó su nieto.
Creador de la “antipoesía”, Nicanor Parra recibió el máximo galardón de las letras en español por “toda una vida dedicada a la poesía, a crear y a investigar nuevos lenguajes poéticos”.
El poeta chileno es heredero del modernismo latinoamericano en la rebelión del lenguaje, pues con su trabajo ha pedido bajar la poesía de su pedestal. Cervantes “reconocerá en él un espíritu afín, un poeta desnudo de adornos, con atuendo de vecino de Chillán” y, en el parnasillo de poetas galardonados con el premio, le dará la bienvenida como “colega” y “raro inventor”, dijo el Príncipe.
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