Monterrey, N.L.-
Cuando era niño Alfredo Brunell Meneses jamás pensó que iba dedicar tantos años de su vida a lo que hace hoy, es más, quería ser comerciante.
“Mi papá tenía un negocio, yo pensaba ser comerciante y desde muy chico iba para ayudar a mi papá”, asegura el consultor de empresas y maestro del Tec de Monterrey.
Él es graduado de las carreras de Contaduría Pública (CP) y Licenciado en Administración de Empresas (LAE), ambas cursadas en 1965.
Y es que la vida le tenía planeado otro destino, pues faltándole muy poco tiempo para graduarse, un maestro lo invitó a dar clases, trabajo que prometía darle el tiempo necesario para terminar las dos tesis que se había comprometido a entregar por cursar dos carreras al mismo tiempo, motivo por el cual consideró la opción.
Después de consultarlo con su familia, aceptó el trabajo, mismo que representó todo un reto ya que parecía no ser lo suyo, aún así decidió continuar y nunca se imaginó a donde lo llevaría su decisión.
Después de impartir su primera y peor clase, según comenta entre risas, el entonces ya profesor encontró la motivación necesaria para superarla y seguir preparándose, o como él lo llamó: “estudiando para transmitir”, en ese preciso momento daba inicio, quizás sin darse cuenta, a una de las etapas más importantes de su vida, contaba con apenas 22 años de edad.
Después de un tiempo, su dedicación a la enseñanza y su visión emprendedora lo llevarían hasta Brasil, país en el que permaneció seis meses cursando una maestría en Mercadotecnia y, posteriormente, permanecería un año entero a la Universidad de Stanford, donde adquiriría una especialización en administración por parte de la escuela de negocios de la prestigiosa institución norteamericana.
Estas experiencias y logros, tanto culturales como profesionales, lo impulsaron para convertirse en el director de la carrera de LAE en el Tecnológico de Monterrey, puesto en el que siguió atrayendo la atención de los que lo rodeaban e innovando, mas su carrera profesional apenas estaba iniciando.
En 1972 Brunell se convirtió en el fundador y precursor de la primera carrera de Mercadotecnia que se ofreció en toda América Latina, misma que llegaría a ser la más solicitada en el Tecnológico y a cuyo simposio todavía en la actualidad asisten alumnos de todas partes del mundo.
“Le seguí porque es lo que me gusta, siempre le digo a mis alumnos que no hay que buscar trabajo, hay que buscar empleo, en esto hay una gran diferencia, la diferencia radica en que el trabajo tiene una connotación negativa, mientras que el empleo es algo que disfrutas y que te gusta”, asegura el también precursor del Programa Emprendedor, ahora parte del lema y misión del Tecnológico.
Posteriormente, Alfredo Brunell iniciaría su propia maquiladora de ropa infantil, algunos restaurantes y finalmente un despacho de asesoría, esto mientras seguía su labor como docente, pues asegura que: “si sabes organizarte, hay tiempo para todo y hasta te sobra”.
Sin embargo, no todo en su carrera profesional ha sido un lecho de rosas, pues recordó que también ha tenido algunos grandes tropiezos, como el fraude que sufrió en una ocasión con un socio y amigo, percance que terminó con la pérdida del negocio y la amistad.
Brunell asegura que estas son lecciones que sólo pueden ser aprendidas en lo que llama “el libro de la vida”, refiriéndose a la experiencia que va adquiriendo la persona con el paso de los años.
“Hay que buscar tener experiencia profesional, existen profesionistas que aseguran que tienen 20 años de experiencia, cuando en realidad es un año repetido 20 veces”.
Tiempo después, en una situación similar, el empresario aseguró que le aconseja al que pase por eso hacer una evaluación a detalle sobre lo que en realidad importa, pues no siempre el negocio es lo más importante.
“Como decía mi padre, en la vida hay cosas que cuestan y cosas que valen, en este caso lo que valía era la amistad de mi socio, eso era algo que simplemente no podía comprar, ambos lo entendimos y echamos un volado, el ganó y se quedó con la empresa, hasta la fecha seguimos siendo amigos”.
Muchos considerarían esto como un fracaso, pero él no lo ve así, pues asegura que el fracaso se da cuando no se cumplen los objetivos, más aún cuando ni siquiera se tienen.
“Hay que saber fijarse objetivos y, si son numéricos, mejor”, afirma el maestro. Y agrega: “El cumplir tus objetivos indudablemente te llevará al éxito”.
Y vaya que sabe de lo que habla, pues en este enero-julio del 2012, el maestro Alfredo Brunell cumplió su semestre número 100 dando clases en el Tecnológico de Monterrey.
Este tiempo y toda su experiencia le han servido para darse cuenta de muchas cosas, una de ellas ha sido el identificar cuáles son las características esenciales que actualmente se exigen y que deben tener los buenos empresarios en el mundo de los negocios:
1. Toma de Riesgos: Un emprendedor debe tener carácter, debe tener las ganas para iniciar una empresa sin importar el estatus, el orgullo o la vanidad. La determinación para seguir adelante es la que le dará el éxito. Brunell asegura que el mejor consejo que le puede dar a alguien que busca empezar su negocio es: “¡Lánzate!, ya que hoy hay más oportunidades y huecos en el mercado de los que habrá en diez años, así como hoy hay menos de los que había antes”.
2. Responsabilidad: Pues asegura que, en comparación con hace algunos años, hoy en día los negocios cuentan con más libertades que pueden convertirse fácilmente en libertinajes, por lo que el empresario debe ser capaz de motivar positivamente a su personal, esta actitud puede llevar a la empresa a crecer y al éxito.
3. Honestidad: Esto es una parte fundamental al momento de hablar de negocios, y asegura que es lo que más está faltando en las empresas actualmente, esto último es lo que la convierte en una característica en donde se tiene que poner especial atención..
4. Creatividad: Una de las más importantes y también una de las características innatas en el empresario mexicano, ya que asegura que los mexicanos son creativos e innovadores por naturaleza, cualidad que les da una ventaja sobre el resto de los empresarios.
En un mundo en donde la globalización y la tecnología están generando cambios constantemente, el maestro afirma que es necesario actualizarse, seguir estudiando, conociendo qué es lo que nuevo que está sucediendo, y que, al mismo tiempo, esta constante actualización se convierta en parte de tus ventajas diferenciales competitivas.
Mientras algunos se sorprenden con lo mucho que el internet ha cambiado la forma de trabajar de las empresas, el experimentado empresario afirma que aún falta mucho por descubrir.
“Creo que, en lo que respecta a las generaciones de empresas con internet, no es tanto el cambio que se ha dado lo que debe preocuparnos, es lo que viene”, dijo al intentar explicar cómo la visión a futuro es algo que también tienen que tomar en cuenta todos aquellos que busquen o tengan su propio negocio.
También comparte que ha identificado las características generacionales de sus “clientes”, en este caso alumnos, y que esto le sirvió para utilizar nuevas técnicas que le ayudaron a enseñarlos de una manera más completa.
“Con mis años de maestro he podido identificar cuatro generaciones de alumnos, la primera es la de la radio, pues el maestro con sólo moverse un poco llamaba la atención de los alumnos; la segunda es la del corral, pues con los niños a los que ponían a ver la televisión en el corral ahora tenías que competir contra la escenografía de la misma para ganarte la atención; la tercera es la del Nintendo, donde los alumnos ya no son pasivos, son activos y tienes que hacerlos participar en la clase; y la última y más reciente, la del internet, en donde todo es indudablemente más rápido y tienes que estar muy al pendiente para no perderlos”.
Este tipo de análisis le ha servido para ser y seguir siendo uno de los maestros más apreciados, queridos y, sobretodo, de los mejor evaluados que hay en el Tecnológico de Monterrey.
Es aquí cuando todo empieza a tomar forma, pues con los objetivos planteados, las cualidades empresariales y con las ventajas diferenciales competitivas, sólo falta encontrar los huecos apropiados en el mercado y se puede empezar a hablar sobre un éxito profesional, tal y como el maestro ha hecho son sus alumnos.
Después de tantos años como maestro afirma que no está cansado y que, aunque creyó que al llegar a los 50 años dando clase se retiraría definitivamente, planea seguir transmitiendo a sus alumnos sus vivencias, experiencias y conocimientos el mayor tiempo que sea posible.
“En cuanto al retiro, yo me voy cuando los alumnos me lo pidan, el día que pase de tener una calificación excelente a una calificación buena en las evaluaciones, dejaré de dar clase, mientras tanto, si Dios me lo permite aquí voy a seguir”.
Redactó Eduardo Israel Jara, alumno de comunicación del Tec de Monterrey.-
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