México, D.F.-
Llegó como nunca había sido vista. En el rostro reflejaba la felicidad y el nerviosismo. Su atuendo, un vestido blanco especial para la ocasión. Su boda.
Los golpes, la rudeza, fiereza y velocidad sobre el ring no están. Ana María “La Guerrera” Torres decidió colgar los guantes, por el momento, para firmar el contrato más importante de su vida, el matrimonio.
“Estoy muy contenta, un poco nerviosa, pero muy feliz. Les agradezco a todos que estén aquí en este momento tan especial”, dijo “La Guerrera”, quien ha iniciado la apasionada defensa del amor.
Los invitados ya los esperaban. Llegaron desde temprano para tener el mejor lugar y ver a los novios. Del mundo boxístico estaban la boxeadora Irma “Güerita” Sánchez y José Sulaimán, presidente del Consejo Mundial de Boxeo (CMB).
El novio llegó primero a bordo de un Lamborghini negro.
“Estoy muy nervioso, pero contento esperando la llegada de nuestro bebé”, dijo Cristóbal Mora Garay, quien dijo que respetará la decisión que tome su esposa de seguir o no en el boxeo.
Después apareció la anfitriona, radiante como su vestido, que tenía una larga cola de ocho metros.
A lo lejos se ve la cola del vestido, distante parece el retorno de Ana María sobre los cuadriláteros. Ella agradeció el apoyo que siempre le brinda la gente y les dedicó los momentos de felicidad. “El retiro no está en mi mente, pero todavía falta para que regrese, esperemos que sea a finales de 2013”.
Quien ya no quiere que “La Guerrera” regrese al ring es José Sulaimán. El jefe del CMB se mostró contento y entusiasta con la boda. “Yo deseo que ella disfrute su vida y sea feliz, quisiera que se retirara, porque ha tenido una carrera muy exitosa, pero sé que no lo va a hacer”.
La batalla de Ana apenas comienza, ésa en la que piensa salir con la victoria.
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