México, D.F.-
Tim Goldsworthy, integrante del grupo inglés Massive Attack, acepta sentir miedo por los caminos digitales gratuitos que está tomando la música, pero al mismo tiempo, apoya proyectos que no tienen necesariamente ideas por completo comerciales.
De lo primero, en una visita fugaz a México, para apoyar el estreno de “Días de gracia”, película para la cual el conjunto compuso música, dice:
“Ya no es necesario estar esperando a que salga un disco para comprarlo o distribuirlo. Ahora ya lo subes a Facebook y miles de personas lo comienzan a escuchar y da miedo, porque ya no recibes dinero, no se vende, pero no deja de ser un tema interesante de hacia donde va la música desde ahora”.
De lo segundo, ir en contra de lo comercial, el grupo en general está convencido. Por eso aceptaron trabajar en la ópera prima de Everardo Gout, que llega a cines el viernes próximo, tras levantar buenas críticas en Cannes y Uruguay.
Massive Attack hizo la canción “Summertime” que contó con la colaboración de la actriz Scarlett Johansson (‘Perdidos en Tokio’ y ‘El gran truco’) en la voz.
“Cuando escuchamos que nos invitaban de México, supimos que iba a ser más interesante que recibir una invitación de Los Ángeles (Hollywood) donde sabemos que no va a ser arte, sino algo por cuestiones comerciales, y aquí (la cinta mexicana) no es nada más para hacer dinero”.
Idioma universal
“Días de gracia”, protagonizada por Tenoch Huerta, Kristian Ferrer y Dolores Heredia, se cuenta en tres momentos distintos: 2002, 2006 y 2010, teniendo como hilo conductor a un policía, un secuestro, una familia deshecha, en el marco del Mundial de Futbol.
“Es cierto que en el Reino Unido el secuestro no es igual que aquí, pero el idioma mundial que te da la película son los valores humanos, la desesperación y eso nos ayuda a encontrar una brújula moral de lo que hay que hacer”, señala Goldsworthy.
Además de “Massive Attack”, en la música también participó Shigeru Umebayashi, compositor de “In the Mood For Love” y Atticus Ross, ganador del Oscar por “Red social”.
Umebayashi ve su colaboración con risa. Su creación se oye en las secuencias de remanso de la historia.
“Everardo se me hizo buena persona, tras dos semanas de estar en los bares, dije que sí”, dice entre risas.
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