México, D.F.-
Como ocurrió en la primera Representación de la Pasión de Cristo en Iztapalapa hace 169 años, en este lugar Jesús fue crucificado ante un la presencia de un millón de personas, después de haber sido conducido ante el sanedrín para ser juzgado por los suyos, luego de que fue entregado por Judas Iscariote a cambio de unas cuantas monedas.
A las 12:00 horas de este Viernes Santo comenzó la escenificación de la Pasión de Cristo de la explanada principal de la delegación Iztapalapa, en cuyos alrededores hay ríos de gente que acude con un calor y un fervor religiosos que han trascendido fronteras.
En la Macroplaza Cuitláhuac, transmutada en la sede del sanedrín del palacio de Poncio Pilatos, Jesús de Nazaret enfrenta en estos momentos el juicio de su propio pueblo, que no lo reconoce como el hijo de Dios.
Cinco mil iztapalapenses de los barrios y pueblos de este rincón de la ciudad de México, participan como actores principales en esta representación vigilada por elementos de seguridad de a pie y hasta helicópteros que revolotean los cielos de este lugar.
Familias enteras disfrutan del espectáculo singular, los más madrugadores pudieron ocupar las gradas instaladas para la comodidad de los espectadores.
Pero la algarabía mayor se siente en las calles, en donde se desarrolla parte importante de la escenificación, como el traslado de Cristo por los romanos hacia su destino.
Acompañado de música de viento, contingentes se trasladan a la plaza Cuitláhuac donde están montados los escenarios monumentales, en donde más tarde Jesús será condenado a muerte.
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