México, D.F.-
El jueves por la noche 18 mil 600 personas acudieron al concierto de Enrique Iglesias en el Palacio de los Deportes, pero una cosa es segura: dos de ellos nunca lo van a olvidar.
La primera sorpresa ocurrió cuando el español invitó a un chico del público subir al escenario. Eddy de 18 años lucía nervioso, pero feliz de estar junto al cantante, quien tras preguntarle su nombre le presentó a cada uno de sus músicos.
“Cuando saqué el primer disco tú tenías un año, era mi primer viaje para trabajar aquí en México, donde en un autobús escuché mi primer sencillo por primera vez en la radio”, comentó el cantante dirigiéndose al joven.
El intérprete le hizo algunas preguntas más y luego le pidió que nombrara la canción que quisiera cantar con él, aunque no fuera de las suyas. Primero pidió “We fell in love” de Rihanna. “Este ca… no se la sabe. Dale otra oportunidad, dime otra”, pidió Iglesias a Eddy, quien dijo “Ai se eu te pego” (Assim você me mata) de Michel Teló, que tampoco se supo el músico de Enrique, así que al final cantaron “I like it”, tema en el que el artista le cedió el micrófono y sujetó el celular del mexicano quien con su mano temblorosa intentó en todo momento grabar su experiencia junto al español.
El novio de Anna Kournicova sirvió dos caballitos de ron y juntos brindaron por México. Antes de que se fuera Eddy cantó sentado junto a él “Lloro por ti”, al final se arrodillo ante él, hizo una reverencia y tomó otro trago directo de la botella y del mismo modo hizo que bebiera el chico.
Enrique se comparte
Tras interpretar “Escape” y “Dímelo”, las luces se pagaron y el intérprete de “No me digas que no” desapareció del escenario. Expectantes todos comenzaron a buscar cuando se percataron de que se dirigía hacia la tarima donde se coloca el robot de la cámara que está entre el público de planta baja.
Una vez arriba Enrique Iglesias pidió a la gente de seguridad que permitiera bajar a toda la gente que quisiera acercarse. Incluso aquellas que estaban en la parte más alta del Domo de Cobre.
Algunos astutos lograron llegar abajo, otros lo pensaron demasiado, porque los elementos de seguridad bloquearon las salidas para evitar el caos.
Mientras el madrileño interpretaba “Héroe” invitó a subir a una chica, quien lucía muy emocionada. Se cubría la cara, cantaba, lo abrazaba y volvía a cubrirse el rostro. Entonces, el también compositor la abrazó, besó su frente y llevó las manos de la chica hacia su trasero, luego también él toco el trasero de la chica y le permitió a ella dar unos cuantos apretones en aquella zona del español, donde muchas de las presentes deseaban tener sus manos.
Ya entrados en confianza el cantante levantó su camiseta y metió la cabeza de la chica en ella quedando su torso y el rostro de la emocionada fanática en contacto directo.
Antes de bajar, se despidió de la joven a quien sujetó del rostro y le dio tres inolvidables besos “de piquito”.
Con la mezcla de “Tonight i’m loving you” y su versión censurada “Tonight i’m fucking you” el cantante abrió y cerró el concierto, donde estuvo presente la primera dama de México Margarita Zavala (que llegó al encuentro musical custodiada por 3 suburban color azul marino).
Iglesias también interpretó “To Nigth” y “Bailamos”, durante las cuales le llovieron muchos brasieres de diversos colores, los cuales recogió y llevó a guardar.
No importó que el concierto iniciara 45 minutos tarde, que durara sólo una hora, ni que sólo cantara 10 canciones y unos cuantos fragmentos de otras; el público se retiró no sólo satisfecho sino feliz con la noche en la capital que Enrique Iglesias regaló como parte de su Euphoria Tour.
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