México, D.F.-
El 25 de enero de 1998 está tatuado en la mente de Eulalio López “Zotoluco”. El diestro acudió a la Basílica de Guadalupe y su visita a la virgen le cambió la vida.
Ese día —en que cortó un rabo en la Plaza México— la figura del toreo llevaba del brazo a su esposa, Leticia López, embarazada de su primer hijo; ver delante de ellos a un bebé con un particular problema en los ojos los hizo concebir el proyecto que hoy se cristaliza, Fundación Zotoluco.
“Nos impactó mucho ver que el niño tenía los ojos completamente blancos”, explica Lalo, primer diestro mexicano en crear una asociación civil de este tipo. “A mí, la vida y la fiesta brava me han dado mucho y ahora quiero devolverlo a través de esta fundación”, explica el torero.
Fundación Zotoluco se constituyó en noviembre de 2010, su tarea es ayudar a niños ciegos y débiles visuales a desarrollar sus habilidades, mediante actividades como la música, la pintura, el ejercicio físico, la estimulación sensorial y el manejo de espacios.
“Mi mujer es la patrona, es en gran parte su idea y yo la apoyo totalmente, porque es una gran alegría para mí como torero ayudarle a los niños que lo necesiten”, dice el maestro de Azcapotzalco, quien se involucrará en la mayor cantidad posible de actividades con los niños beneficiados.
Fundación Zotoluco dará atención en primera instancia a infantes mexiquenses y del DF.
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