Kansas City, E.U.-
Pocos saben su nombre. Camina sin problemas al autobús, mientras Marco Fabián, Liborio Sánchez, Alan Pulido y Érick Torres, otorgan decenas de autógrafos.
Héctor Herrera es el “héroe desconocido” del Tricolor que está a un partido de clasificar a los Juegos Olímpicos Londres 2012. Auténtico desconocido para aquellos que sólo ven a los hombres que anotan o evitan goles.
Al bajacaliforniano no le interesa ser mediático. Es más, su actual estatus le resulta cómodo. Lo único que desea es consolidarse como una pieza clave, prácticamente insustituible, en el esquema de Luis Fernando Tena.
“No pasa nada si la gente no me reconoce en la calle o no me pide autógrafos, para eso están Alan, Liborio, Marco, El Cubo”, sentencia el volante del Pachuca. “Ellos tienen más tiempo jugando con sus equipos, los conocen bien”.
Él mismo se considera la gran sorpresa en el actual torneo. Fue considerado hasta la etapa final de la preparación rumbo al selectivo. No sólo se ganó un puesto entre los 20 guerreros del Flaco… Es titular, junto a David Cabrera, en la contención.
Su sobriedad fuera del lienzo verde contrasta con la fiereza que demuestra en cada jugada. Prefiere ser así que un hombre incapaz de respaldar sus palabras con buen futbol.
“Casi no [me agrada hablar fuera del campo]”, sentencia. “Me gusta hacer todo lo posible dentro de la cancha y acá afuera está de más, porque empiezas a decir cosas y no
lo demuestras”.
Estaba consciente de que era la única forma de ganarse un puesto en la Selección Nacional Sub-23. Cuando recibió el primer llamado, se prometió no salir de la lista.
“Gracias a Dios, el profe me dio una oportunidad y, hasta el momento, la he aprovechado al 100%”, presume.
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