Sao Paulo, Brasil.-
Fue sólo uno, pero pudieron ser más. Si no es por la gran actuación de José de Jesús Corona, Cruz Azul hubiera regresado de Brasil con una goleada histórica, pero al final, todo quedó en una derrota de 1-0 frente al Corinthians, en juego del Grupo 6 de la Copa Libertadores.
Derrota que hace perder el liderato de sector ante El Timao, que ahora llega a ocho unidades, por siete de los Cementeros; quizá, de los males, la derrota sea el menor, el mayor es la falta de confianza que hay en el equipo dirigido por Enrique Meza, que llega a cuatro juegos sin conseguir la victoria, dos en Liga, y dos en Libertadores, con sólo un punto conseguido.
El regreso desde Sao Paulo será largo, con un Meza pensativo, tratando de encontrar una forma de volver a poner a La Máquina en el riel ganador. El equipo celeste se ve apático, comete errores infantiles en todos los sectores y lo peor es que ni el estilo de juego, mucho menos las individualidades, sacan la cara por la legendaria institución.
Ante el Corinthians, Cruz Azul fue a no perder. Quizá fue por lo hecho por el rival, pero la realidad es que los 11 azules estaban atrás de media cancha, ante unos brasileños que si bien eran más rápidos y precisos, no llegaban con suficiente peligro sobre la cabaña de José de Jesús Corona.
La Máquina sobrevivía a la primera parte, hasta que en un error defensivo cayó el gol de Danilo [35], del cual, el equipo mexicano ya no se repuso.
El segundo tiempo fue una Oda a Corona . El portero tuvo nueve intervenciones en disparos que llevaban firma de gol. Si no hubiera sido por él, el partido hubiera terminado en tragedia.
El arbitraje, localista como siempre en Sudamérica, echó mucho más atrás a los celestes y más cuando Fausto Pinto se fue expulsado [70].
A pocos minutos del final, Cruz Azul sacó el amor propio, Alejandro Vela disparó al poste y segundos después, Maranhao hizo volar al portero Julio César para sacar el balón.
Corona fue hasta media cancha a recuperar el balón, en un claro mensaje a sus compañeros de que la derrota no iba a costar tan barata a los brasileños. Pero la reacción no bastó y la mala suerte está encima de los azules; la mala suerte y el mal momento.
Esto ya huele a crisis.
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