México, D.F.-
Tres años pueden cambiarlo todo, hasta la cara, y entrar a una nueva década, más. Jennifer Aniston declaró a sus 40 que sólo recurriría a las cirugías si se trataba de un tema de salud, pero hoy, a sus 43 años de edad, se asume una adicta a los procedimientos estéticos.
Ante Conan O’Brien, la actriz compartió su secreto mejor guardado para mantener el rostro jovial. Se trata del peeling, que consiste en eliminar la capa superior de la piel con ayuda del láser.
El procedimiento cuesta cerca de 2 mil 500 dólares, lo que suma cerca de 130 mil dólares al año.
“Me obsesioné con el láser. Lo he hecho. Es extremadamente intenso, no te das cuenta, te ves como una víctima de quemaduras durante una semana y entonces (la piel muerta de la cara) se cae”, reconoció en el programa estadounidense.
La revista Grazia hace cuentas de los costosos tratamientos estéticos que se realiza la ex mujer de Brad Pitt: Mil 800 dólares al mes en tratamientos de piel, que incluye, además del tratamiento con láser, usa una crema para el cuello de 750 dólares elaborada, aseguran, con cristales del planeta Marte, cremas faciales, suero revitalizante y spas.
En su cuerpo, detalla la revista, invierte cerca de 3 mil dólares al mes, entre su entrenador personal, su maestro de yoga, con sesiones tres veces a la semana a un costo promedio de 250 dólares por sesión de una hora.
La publicación agrega que en la dieta, Aniston invierte alrededor de 2 mil 500 dólares al mes, que incluye consulta con su dietista Carrie Wiatt (250 dólares por sesión) y comidas diseñadas especialmente para su dieta.
De la necesidad al gusto
Cuando entró a su cuarta década, Aniston aceptó que se había realizado una sola cirugía. “Tuve que operarme en una ocasión para corregir mi septo nasal. Después de eso logré respirar mucho mejor y pude dormir como un bebé”
Su receta para mantenerse joven en ese entonces, aseguró, era aceptarse tal cual y hacer yoga.
“Me siento muy satisfecha con lo que Dios me dio”.
Y si bien nunca se manifestó en contra de ir al quirófano, dijo que no era para ella. “No creo que haya nada malo en sentirse mejor de esa forma, aunque no hay que ir demasiado lejos con ella. Haré todo lo posible para sentirme bien antes de tener que someterme a una operación”.
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