México, D.F.-
El Códice Vergara, que contiene información sobre las estructuras económicas y sociales del área rural de cinco localidades del pueblo de Tepetlaoztoc, situado en el Valle de México, al noreste de Texcoco, actualmente resguardado en la colección de manuscritos mexicanos de la Biblioteca Nacional de Francia, ahora está disponible al público en general en una reproducción facsimilar.
Editado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el programa Apoyo al Desarrollo de Archivos y Bibliotecas de México (ADABI), el volumen da testimonio de la vida en la recién creada Nueva España, ya que consigna el número de personas y tierras pertenecientes a cada casa, los parentescos entre los locales, e incluso cuánto medía la superficie de cada parcela.
En la presentación de la edición, el pasado martes por la noche, Frederic Hicks, profesor de la Universidad de Louisville y uno de los responsables del trabajo de investigación, señaló que la publicación de este libro es resultado de 10 años de trabajo y de colaboración con la profesora Barbara Williams, de la Universidad de Wisconsin y coautora de la obra.
“Acepté trabajar con Barbara porque me interesa la organización social, familiar, política y económica de los antiguos mexicanos”, aseguró Hicks.
Este manuscrito, comentó el investigador, no contiene las escenas exóticas que los otros, como para tenerlo como texto de colección, pero para los investigadores aporta datos importantes.
Alto nivel de precisión matemática
Durante su intervención, la investigadora del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas (IIMAS) y editora de la obra, María del Carmen Jorge y Jorge, destacó el grado de detalle que los habitantes de la zona tuvieron al momento de escribir la información en el manuscrito.
“Es clara y precisa, y se podría decir que es una especie de matemáticas, de símbolos como los que usamos hoy los matemáticos, que una vez que estas acostumbrado, fácilmente puedes tener acceso a la información”, refirió.
Señaló que mientras los españoles recién llegados a estas tierras usaban las medidas como las de estancias de ganado mayor, estancias de ganado menor, sitios y caballería de tierra, que eran tan propicias a la ambigüedad, los acolhuas usaban la medida conocida como “T”, al cuadrado.
“Gracias a que usaban esa medida cuadrada, se ha podido obtener muchos resultados interesantes, uno de ellos es cómo medían los terrenos; hemos visto que había reglas, algoritmos para decir cómo calcular el área de una superficie”, comentó Jorge y Jorge.
La investigadora indicó que en este manuscrito, pintado entre 1543 y 1544, se identificaron 408 terrenos cuadrangulares y 209 poligonales, cantidad que les permitió hacer un trabajo de comparación para ver qué tan precisas eran las medidas de los acolhuas, con respecto a los sistemas de medición actuales.
Explicó que este ejercicio comparativo se realizó con la superficie del pueblo de Topotitla, una de las cinco poblaciones a las que refiere el texto antiguo. Indicó que al usar medidas satelitales, a través de Google Earth, y al cotejarlas con las registradas en el Códice Vergara se encontró un rango de error de tan sólo 9. 15%.
Por su parte, Teresa Rojas Rabiela, investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), destacó que este valioso manuscrito muestra la capacidad de control que las antiguas autoridades políticas mesoamericanas ejercían sobre sus poblaciones, al grado que conocían, de manera exacta, el número de miembros y edades de quienes integraban a las familias, sus recursos agrarios y parcelas, lo cual les servía para exigir tributo y organizar el trabajo obligatorio.
Discussion about this post