Los priistas dicen que a su octogenario partido le regalarán los militantes la presidencia de la República.
Más bien, se la devolverán los ciudadanos, si es que quieren votar por este partido que ya no se renovó, lo intentó, pero no pudo.
Muestra de ello, son los nombres que ingresaron para hacerse de un puesto de elección popular sin sudar la camiseta, tanto en la lista de candidatos pluris a senadores como de diputados, tienen muchas caras conocidas, y muchos cartuchos quemados.
Entonces, dónde está la renovación de la que hablan, mantienen los mismos esquemas que le dieron sustento a su partido durante los 71 años de poder hegemónico.
Las mismas familias ejerciendo el poder, controlándolo para sus hijos y nietos, los senadores saltan a ser diputados, los diputados saltan a ser senadores.
Pues qué saltadero, oiga usted.
Y los ciudadanos siguen sólo de observadores, no tienen margen de toma de decisiones, porque en lo fundamental, que es la selección de candidatos los parámetros que cubren quienes dirigen los partidos tienen una visión muy corta.
No hay identificación con el electorado, que una vez más tendrá que votar por el menos peor.
Es un círculo vicioso del que no se ha podido salir, aún cuando llegó al poder otro partido político que no hizo cambios fundamentales en la vida política del país.
Seguimos asistiendo a los mismos rituales donde unos pocos se sirven con la cuchara grande.
Reparten puestos, canonjías, prebendas y los ciudadanos, nada más mirando.
En estas circunstancias cumple el viejo 83 años.
Un viejo que se resiste a morir, que fiel a sus principios sigue con el mismo sistema de vida, dirá que si así le ha dado resultado, a estas alturas, ¿para qué cambiar?
Y eso precisamente es lo que festejaron ayer los priistas tamaulipecos, que las cosas en esencia siguen siendo las mismas, quien gobierna el Estado, manda en el PRI.
Si se toman o no buenas decisiones, eso ya se verá en la elección del primer domingo de julio.
Como dice el dicho, aquí se aplicará lo de el jefe no se equivoca, y si se equivoca, vuelve a mandar.
DOS MUJERES
Mientras que Elsa Patricia Araujo de la Torre dice que no llegó a la lista de candidatos plurinominales por ser hermana del ex secretario de Gobierno Hugo Andrés Araujo y por la cercanía de éste con el ex presidente Carlos Salinas de Gortari, sino por un acuerdo entre su organización empresarial y el PRI, la maestra Lupita Flores dice que estar en el lugar doceavo, de la lista de diputaciones federales plurinominales que la pone prácticamente en la Cámara de diputados, es un acicate más para hacer campaña a favor de la senaduría, porque también es candidata al senado.
En ambos casos la percepción de los ciudadanos es que en el caso de Araujo de la Torre claro que pesó su cercanía familiar con un ex presidente.
En lo que respecta a la maestra, en cierto sentido se tomó como una señal de derrota anticipada, porque se teme perder las senadurías y entonces, Lupita de todas formas se quedaría en un cargo de elección popular federal.
Lo que dicen los palomeados es una cosa, lo que piensa la gente otra.
Lo que sí es verdad es que resulta muy difícil ser considerada en ese listado privilegiado.
Se requiere más que una militancia en el priismo, se necesitan palancas y recomendaciones ante quienes toman la decisión final.
Esperemos que una vez resuelta la elección sea verdad que las senadurías fueron ganadas por los priistas.
Si no, de todas formas hay buenos premios de consolación, tanto para Manuel Cavazos que lleva la primera posición al senado, como Lupita, que ya aseguró una curul en la Cámara baja.
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