México, D.F.-
Se necesitarían dos meses para echar abajo muros, columnas, oficinas, y cientos de esculturas que resumen años de construcción y milenios de historia en el Museo Nacional de Antropología (MNA).
Sin un “propósito terrorista” y sí con la idea de plantear un enfoque crítico sobre la institución museística en general, sobre la institución museística antropológica y sobre la concepción del Estado acerca de los grupos étnicos representados en este recinto, el escultor Eduardo Abaroa presenta la exposición “Destrucción total del Museo de Antropología”, que este sábado se inaugura en la galería Kurimanzutto.
Planos con la secuencia de las etapas de la destrucción -resultado de una investigación con empresas especializadas-, esculturas de la destrucción, un video en torno de esas comunidades étnicas y una representación en la propia galería de ciertos espacios y formas de exhibir propias del museo se presentan en la muestra con la que Abaroa quiere llamar la atención sobre la situación dramática de esos grupos étnicos.
“En la historia del museo hay toda una agenda ideológica muy fuerte de estos temas. El Estado hace un uso de eso muy particular y es muy criticable. Siempre a los indígenas se les ve como algo estático, atrasado”, dice el artista en entrevista.
Abaroa considera que si bien la institución hace un trabajo muy importante, se mantiene aún una forma obsoleta de ver la nación. Como ejemplo recientes de “catástrofe” señala: las concesiones mineras en Real de Catorce, la inseguridad en Cherán, Michoacán, o la crisis alimentaria de los rarámuris.
“No es que no sea valiosa la herencia prehispánica, al contrario, pero no nos gusta a algunos cómo se expresa en el Museo. La sala de Etnografía es una aproximación muy extraña, se siente casi un Disneylandia. Viene información muy sucinta, sólo en textos, de los movimientos y alzamientos; hace falta ampliar la realidad de estas personas”.
Dos años de investigación se tomó el artista en este proyecto que ahonda también en cómo puede el arte contemporáneo abordar temas de interés para todos. También pretende que se reflexione sobre la noción de permanencia en el tiempo que tienen los museos. En ese sentido cita al arquitecto constructor del MNA, Pedro Ramírez Vázquez, quien dijo en su momento que la construcción de la obra le da “una seguridad absoluta en su permanencia en el tiempo”: “No digo que se vaya a caer, pero se puede tumbar muy rápido… dos meses de máquina se necesitarían, y sin embargo creemos que va a durar ahí para siempre”.
Discussion about this post