El doctor Norberto Treviño, secretario de Salud, desde que llegó a Tamaulipas se avocó a trabajar en la apertura de los centros de salud que están desperdigados, especialmente en la zona rural.
Porque se encontró que una buena parte de esas instalaciones permanecen cerradas ante la falta de galenos que se hagan cargo de dar atención a los enfermos.
¿La razón? La inseguridad, para variar.
Y aunque desde que comenzó el sexenio se intentó resolver el problema, los médicos se resisten a dejar las ciudades, sus plazas y sus consultas para irse al campo a atender a la población rural.
Durante el tiempo en que Rodolfo Torre fungió como secretario de Salud se construyeron centros de salud en áreas donde la población tiene necesidades muy fuertes de atención médica.
Pero el proyecto no cristalizó como esperaba el extinto candidato porque la inseguridad rebasó las expectativas, él mismo fue una víctima de ello.
Las cosas se han salido de control y los centros de salud fueron de las primeras instalaciones abandonadas.
El doctor Norberto sabedor de este problema se dio a la tarea de localizar doctores, no sólo en Tamaulipas, sino en otros estados y el resultado fue el mismo.
Señala en una nota publicada en el periódico el Norte que son 30 centros de salud que no cuentan con el personal necesario para atender a los pacientes por la inseguridad.
Indica que los municipios afectados son Ciudad Mier, San Fernando, Ciudad Mante, Jiménez, Abasolo, Hidalgo y González, entre otros.
Y que por ello se dedicarán a contratar a pasantes de medicina que deseen volver a sus comunidades de origen, para resolver la falta de doctores.
El doctor Norberto confía que de esta manera se abata el rezago.
En estos tiempos como se observa las cosas están al revés, antes se pugnaba por contar con instalaciones de atención médica en los ejidos, ahora existen, pero no hay personal que quiera vivir la aventura de estar asignados en áreas rurales.
Se espera que por fin esta medida resuelva de una vez la falta de médicos en el campo de Tamaulipas.
ODIOSAS COMPARACIONES
En un artículo escrito por Jorge Castañeda, el ex secretario de Relaciones Exteriores que alguna vez se pensó candidato presidencial, publicado en el periódico El País, hace un comparativo de las condiciones en que está Brasil, un país que ha emergido y ha fortalecido su economía, y que además ha resultado un buen publirrelacionista, mientras que México sigue teniendo en la ola de violencia su peor imagen ante el mundo, lo que le afecta en todos los órdenes.
Lo significativo del artículo es la afirmación que hace en el último párrafo:
“Cuando termine la guerra del narco en México (con el nuevo presidente en diciembre de 2012) y llegue el Mundial de Brasil en 2014, haciendo que afloren todas las insuficiencias de infraestructura, comunicaciones, turismo e incluso de seguridad que padece Brasil, se podrá percibir la realidad con mayor nitidez. A lo largo de los últimos 80 años, los dos países han hecho las cosas más o menos igual de bien o de mal, tanto en lo político como en lo económico y social (a pesar de la nostalgia por la era priista en México, y de la actual prepotencia brasileña). Sus dos historias son de relativo éxito, y de decepciones recurrentes. Pero ninguno ha rebasado al otro de manera permanente. Salvo en dos cosas, en las que los brasileños son infinitamente mejores que nosotros los mexicanos: el futbol y contar historias de éxito”.
Si el vaticinio de Castañeda se cumple, entonces Tamaulipas podrá dejar de destinar mil 500 millones de pesos al pago de cuerpos de seguridad como los militares, marinos y policías federales, porque ya no serán necesarios.
Y entonces sí, podrá enfocar esos recursos tan escasos al crecimiento del bienestar de la población, porque está más que comprobado que una de las mejores herramientas que inhiben la delincuencia, es que la gente tenga buenas fuentes de empleo, tranquilidad, y un nivel decoroso de vida.
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