Miami, E.U.-
Chaparrito, veloz, hasta cuando desciende del autobús, con el rostro inmutable y de breve discurso, caracterizado por una timidez que contrasta con su desparpajo sobre el lienzo verde. Damián Álvarez es el hombre del momento, incluso por encima de los eternamente populares Javier Hernández y Guillermo Ochoa.
Sus primeras horas bajo la disciplina de la Selección Nacional son toda una aventura. No haber nacido en México genera dudas sobre su convocatoria, pero “El Enano”, como le gusta ser llamado, anhela disiparlas gracias a esa calidad que le permitió robarse el corazón de los seguidores tuzos, fenómeno que también logro con la siempre entregada afición de los Tigres.
“Ojalá lo pueda demostrar [mi talento]”, atina a decir, apresurado, todavía ajeno al impacto mediático que representa formar parte del combinado mexicano. “Vengo a hacer lo mejor, nada más”.
Busca integrarse al equipo lo antes posible, misión que no se limita a la cancha. Carlos Salcido, Hugo Ayala y Jorge Torres Nilo, sus compañeros en el monarca del balompié nacional, resultan básicos en la tarea, así como esa chispa que lo hace único.
Tan juguetón como lo es cuando acaricia la pelota con la pierna izquierda. Su acento marca una diferencia innegable en cada charla, detalle minimizado por todos. La recepción que le otorgan los “legionarios” es cálida, al menos en el protocolo.
La amenaza de polémica desatada tras las declaraciones de Pablo Barrera, quien aseguró preferir que el Tricolor sea integrado por futbolistas nacidos en México, es fulminada con las primeras horas de convivencia.
Damián está consciente de que será señalado, pero asegura que “no me molesta…”.
Prefiere guardar sus energías para el debut con la camiseta verde. Agradece la confianza que le deposita José Manuel de la Torre y promete el mejor de sus esfuerzos en pos del bien colectivo.
Llegó de Argentina hace nueve años. Sus hijos nacieron en México y está completamente familiarizado con el hambre de gloria que caracteriza al equipo liderado por “El Chepo”.
“Me importa mucho [hacer bien las cosas]”, comparte, sin abandonar la cautela. “Sé lo que representa la Selección”.
Y lo que ha logrado durante la era De la Torre. El de el miércoles, frente a Colombia, será el cotejo número 18 con el actual estratega, cuyo balance es de 12 victorias 4 empates y un revés.
Los sudamericanos vivirán el debut del argentino José Pekerman como su entrenador y “El Enano” advierte “que es un equipo muy bueno, con jugadores interesante”.
Varios, con condiciones distintas a las de él. No le interesa. Lo que anhela es demostrar que puede pelear por un sitio en la Selección Mexicana, con esa agilidad de mente y piernas que lo hacen un consentido de los seguidores de Tigres. Mientras tanto, habla poco, se adapta a lo que es la vida en verde… y sueña mucho.
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