Miami, E.U.-
Se resisten a finalizar la práctica. Mientras varios de sus compañeros ya descansan sobre el histórico césped del estadio Sun Life, ellos alargan el momento, hasta disparan simultáneamente a la ya desguarnecida portería.
El balón pateado por Giovani dos Santos besa las redes, no así el que salió de la pierna derecha de su hermano Jonathan. Qué importa. Ambos ríen, se funden en un abrazo, gozan su reencuentro con la Selección Mexicana de Futbol.
Vuelven a retar al destino, ese que parece empeñado en separarlos cuando visten la camiseta verde. Se imaginaban como parte de la nómina que disputó el Mundial Sudáfrica 2010, pero Javier Aguirre prescindió del menor unos días antes del certamen. Durante el verano pasado, iban a jugar la Copa América… Hasta que Jona fue uno de los ocho involucrados con prostitutas en Ecuador.
Mazazos que cimbraron al volante del Barcelona, más no lo derrumbaron. El chico está listo para recuperar el tiempo perdido en el Tricolor… Con Gio a un lado.
“Es un sueño estar juntos aquí, después de que en la Copa América no pude participar”, comparte el medio de recuperación, cuya mirada irradia un especial fulgor. “Nos encontramos de nuevo y estamos listos para jugar”.
Si José Manuel de la Torre lo decide, el de mañana por la noche será su tercer partido con el Tricolor. Ya compartieron la cancha frente a Nueva Zelanda y Gambia (los dos, en la parte final de la preparación rumbo a la más reciente Copa del Mundo); recuerdos invaluables para ambos.
Son tan importantes que Jonathan entierra todas las amargas experiencias y se ilusiona con un futuro teñido de verde, blanco y rojo.
“No (hay rencores). Es mi país y siempre voy a dar todo por México, así es que si estoy aquí es porque quiero”, aclara el futbolista blaugrana.
Y porque ya pagó la sanción por aquel oscuro capítulo en Quito. Se trata de su regreso al equipo nacional tras ese escándalo. Además de emocionado, vuelve maduro, totalmente consciente de lo que implica formar parte del combinado nacional, sin importar la categoría.
“De lo errores se aprende”, reconoce. “He madurado mucho, gracias al apoyo de mi familia y sigo adelante”.
“Me he ganado la convocatoria. He demostrado lo que puedo hacer y estoy listo para responder”.
Su condición de “legionario” hace prácticamente imposible que juegue en el Preolímpico, al igual que su hermano, pero desde ya se apunta para estar en Londres 2012. Claro, junto a Giovani.
“Es una oportunidad importante para todos los jóvenes, ojalá se clasifique”, expresa. “Me gustaría estar en un torneo así de importante”.
Mientras tanto, disfruta su nuevo reto al destino. Lo prolonga cuanto puede, al igual que su hermano mayor, con quien vuelve a compartir vestuario. Ambos ríen, intercambian miradas y disparan al marco. Es su momento, su nueva ilusión.
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