Ante las muertes violentas en los penales, Felipe Calderón anuncia que este año estarán listos nuevos penales “es un esfuerzo que no se había hecho por lo menos en 20 años en México”, declara orgulloso.
El hacinamiento en las cárceles mexicanas es un asunto viejo, muy viejo.
Tamaulipas tiene sus cárceles sobrepobladas.
Imagínese un ambiente donde no hay privacidad, donde no existen las condiciones mínimas de higiene, donde dormir se convierte en una hazaña, porque no hay espacio para acostarse y ni hablar de camastros, esos son un lujo.
Nuestro país ha visto a través de los años cómo los penales fueron llenándose, la mayor parte de reos que provienen de familias pobres y muy pobres.
Para verificarlo nada más es cuestión de observar los rostros de esas mujeres, madres y esposas, clamando por conocer qué había pasado con sus familiares recluidos en el penal de Apodaca, Nuevo León, donde este domingo se escenificó el peor hecho violento en una cárcel mexicana que dejó 44 personas asesinadas.
La mayor parte de los familiares de los reos denota en su vestimenta su nivel económico y no son gente pudiente económicamente, eso es evidente.
El pretexto es la lucha entre cárteles, pero nadie dice qué pasará con los supuestos asesinos de esos hombres, si habrá juicios para localizar a los responsables.
El tema está parchado, nadie respeta la ley, empezando por las autoridades carcelarias.
Y ahora Felipe Calderón anuncia la construcción de más cárceles.
Admite que el eslabón de los penales se dejó para lo último y ahora la situación está haciendo crisis porque se incrementó la población carcelaria, sin tener los espacios necesarios y adecuados para recluir a los que han logrado detener en esa lucha contra los cárteles.
Me pregunto: ¿Construir más penales es la solución para México?
O comenzar a desarrollar programas que inhiban los delitos y la violencia.
Al paso que va el país pronto será un lugar lleno de cuarteles militares y cárceles.
Destino muy triste para una nación que no logra cristalizar una sociedad que viva en condiciones más igualitarias.
DATOS DUROS
En el periódico El País de España dan datos específicos, señalan que “México alberga la octava población carcelaria del mundo, en los 429 centros de reclusión que existen en el país, hay espacio para 186 mil reclusos. El número de internos, sin embargo, es de 231 mil 510 (datos a octubre de 2011). A nivel nacional, la sobrepoblación es de 124 por ciento pero en algunos penales llega a más de 250 por ciento”.
Y alude a Hope, quien en un artículo para el portal Animal Político escribió:
“Una de las causas de la crisis es el uso y abuso de la prisión preventiva. A octubre de 2011, 42 por ciento de los reclusos no habían recibido una sentencia. La población de procesados (tanto federales como del fuero común) creció siete por ciento en el periodo octubre 2010-octubre 2011, mientras que los sentenciados se incrementaron en apenas dos por ciento”.
Entonces, no sólo hace falta construir más penales, como dice Calderón, también se requiere un sistema legal que aplique la justicia de manera más expedita.
LA FRASE
El periodista Eduardo Guerrero, publicó en el periódico Reforma el artículo titulado “Apodaca y el talón de Aquiles”: “Probablemente la riña en Apodaca también inició como un ajuste de cuentas en respuesta a la riña que tuvo lugar el pasado 4 de enero en el penal de Altamira, Tamaulipas. En esta riña, en la que se enfrentaron miembros de grupos delictivos contrarios por el control de actividades ilícitas al interior del penal, el saldo fue de 31 muertos”, relata.
Tamaulipas, que es uno de los Estados donde la lucha entre cárteles ha resultado más cruenta, es lógico que también tenga problemas serios en sus penales.
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