México, D.F.-
La novela con la que Jorge Volpi obtuvo el V Premio Planeta-Casa de América es sobre todo “una terrible historia de amor”, protagonizada por Christiana Morgan, la norteamericana apasionada del arte que durante 42 años fue amante de Henry Murray; una mujer adelantada a su tiempo, quien a través del amor y el psicoanálisis aspiró al autoconocimiento y a la libertad.
El narrador mexicano que alcanzó pronto el éxito mundial con su primera novela, “En busca de Klingsor” -que obtuvo el Premio Biblioteca Brevey se tradujo a 24 idiomas-, se obstinó en novelar esa historia de amor “retorcida” por el psiconálisis.
En entrevista vía telefónica desde Madrid, donde radica desde hace meses, el escritor aseguró que aunque los personajes son históricos, él intentó distanciarse de los libros al respecto y de los grandes frescos históricos que se han hecho.
“Lo que me importa es esa intimidad de ambos, esta lucha consigo mismos, con las convenciones de su tiempo, contra los modelos tradicionales del papel de la mujer, de la familia, de la sociedad, de la sexualidad, de lo que deben hacer las parejas para tratar de alcanzar un estadio superior”, citó Volpi al definir su novela, la cual fue elegida de entre 454 novelas que llegaron para el certamen, procedentes de 23 países.
Y es que “La tejedora de sombras” es una mezcla de la búsqueda interna con el amor romántico que, dice Volpi, proviene de Occidente desde la época de Abelardo y Eloisa y “al igual que Abelardo y Eloisa, Christiana y Henry Murray van a terminar teniendo una historia profundamente trágica”.
La búsqueda de datos sobre Theodore John Kaczynski, el “Unabomber”, que fue discípulo del psicólogo Henry Murray del que habla en “No será la tierra”, llevó a Jorge Volpi a encontrarse con Christiana Morgan. A partir de ese encuentro en 2005, Volpi le dio muchas vueltas al personaje hasta que decidió abordarla.
“Quería reconstruir la vida interior de Christiana, no los hechos concretos de la vida de los dos personajes que por supuesto aparecen, la novela sigue en los ires y venires del tiempo constantemente. No es una novela que siga cronológicamente la vida de Christiana, sino que ella va rememorando de alguna manera la historia de la Díada y lo qué significó para ella”, señala el narrador.
Por esa novela que fue elegida por unanimidad por un jurado integrado por Alberto Manguel, Carmen Posadas, Clara Sánchez, Imma Turbau, Carlos Revés y Ricardo Sabanes, el escritor obtuvo el Premio Planeta-Casa de América que está dotado de 200 mil dólares y la publicación el 13 de marzo de la novela en España y en México, además de en otros 18 países de América Latina.
Mujer adelantada a su tiempo
“El narrador” que forma parte de la Generación del Crack, junto con Pedro Ángel Palou, Ignacio Padilla y Eloy Urroz, entre otros, dice que aunque Christiana Morgan murió en 1967 y no le tocó vivir ninguna de las grandes revoluciones que transformaron el papel de la mujer y por lo tanto no fue una activista, fue una mujer adelantada a su tiempo.
“Christiana es más bien una mujer que intenta buscar en sí misma, tratar de conciliar siguiendo la lógica jungiana, la libertad individual, el autoconocimiento y el amor absoluto, ella está decidida a lograrlo y para ello empeña a Henry, su amante, en tratar de conseguirlo de todas las maneras posibles durante esta larga historia que atraviesa todo tipo de pruebas y todo tipo de etapas”, comenta el autor de “El insomnio de Bolívar”, el libro que obtuvo el Premio Debate-Casa de América, en 2009.
Para seguir los pasos de Christiana Morgan, Jorge Volpi solicitó un nombramiento de investigador visitante en la Universidad de Harvard, sitio donde se concentran todo el archivo de esta mujer que nació en 1897 y también el de Henry Murray.
Ahí, al ir viendo todos los documentos, el escritor mexicano encontró los cuadernos de ediciones “en los que Christiana dibuja unas acuarelas muy impresionantes y muy atractivas, donde recrea estos viajes por el inconsciente por los que la llevaba Jung, entonces me pareció que había una muy buena historia y que yo quería contarla”.
Poco a poco fue construyendo esta historia de amor y dolor que terminó en tragedia. Con el paso del tiempo, se dio cuenta que la técnica en esta novela que en el inicio está contada por varias voces, empezaba a ser contada sobre todo por ella.
“De vez en cuando fue apareciendo la voz de Christiana y conforme va avanzando la novela es esa voz la que va tomando posesión completa del libro hasta que en la última parte de la novela ya sólo escuchamos la dolorida y lúcida voz de ella”, comenta el escritor que ha sido becario de la Fundación Guggenheim y es miembro del Sistema Nacional de Creadores de México.
El arte de narrar
Si “En busca de Klingsor” Volpi explora los vínculos de los científicos alemanes con el nazismo; en El fin de la locura habla de los pensadores estructuralistas y post-estructuralistas y en “No será la tierra” recrea la relación de los disidentes con la caída de la Unión Soviética, en “La tejedora de sombras” aborda la vida de Christiana Morgan, de Henry Murray, pero también del célebre Carl Jung, quien la llevó a las profundidades de su alma.
Y es que las obsesiones de Jorge Volpi están en la ciencia y en el psicoanálisis, también en la mente creativa. Así lo demuestra su Trilogía del Siglo XX, conformada por “En busca de Klingsor”, “El fin de la locura” y “No será la Tierra”.
“Después de escribir aquella trilogía, yo quería escribir dos historias, una de terror y una de amor, que fueran muy particulares y muy alejadas de las convenciones hasta que fuera posible: la novela de terror fue Oscuro bosque oscuro y ahora “La tejedora de sombras”, que sin duda es una peculiar historia de amor”, asegura el escritor, que también es profesor en las universidades de Emory, Cornell, Las Américas de Puebla, Pau, Católica de Chile, Nacional Autónoma de México y Princeton.
En esta historia que es una biografía novelada de una mujer que no quiso dejar de rastrear ni un solo rincón de su mente, deja en claro que “la labor de un biógrafo es contar los hechos de cada personaje y la de un novelista es inventar el punto de vista y entrar al inconsciente mismo de cómo vivió ella esta desgarrada y extraña historia de amor de 42 años”.
El autor de “Mentiras contagiosas” -Premio Mazatán en 2008- que recibió el Premio José Donoso de Chile por el conjunto de su obra, niega trabajar algún libro sobre México. “Sé que en un futuro escribiré sobre México, ahora sólo habló de él en mis columnas periodísticas”.
Discussion about this post