México, D.F.-
En su intento por desmarcarse de aquel fracaso que impidió al Tricolor participar en Beijing 2008, Luis Fernando Tena asoma sus inquietudes.
El entrenador de la Selección Mexicana Sub-23 aclara que ninguno de sus futbolistas piensa en lo sucedido hace cuatro años, aunque el formato del Preolímpico parece no convencerlo del todo.
“Ese fantasma [de la eliminación], realmente no existe. No lo he sentido”, comparte. “Este es un grupo que, en términos generales, tiene mucha confianza en sí mismo, porque sabemos que tenemos jugadores con mucha calidad, personalidad, carácter, que es lo que se necesita para jugar este tipo de torneos”.
El talento no es suficiente. Luis Fernando basa su teoría en la amarga experiencia de Carson, California, donde —paradójicamente— el combinado mexicano volverá a jugar la primera fase del selectivo.
Como aquel equipo dirigido por Hugo Sánchez, éste parte como favorito para meterse a los Juegos Olímpicos. Como para aquel equipo, no cumplir el objetivo sería catastrófico para el “Flaco” y sus chicos.
“La enseñanza es muy buena, porque no hay enemigo pequeño, no se puede dar algo por descontado”, sentencia. “Aquella Selección tenía muy buenos jugadores y creíamos que iba a ser muy fácil, y ni a la semifinal se clasificó, se quedó en la fase de grupos, en un juego [ante Haití] en el que México falló siete u ocho goles hechos, hasta un penalti fallamos”.
“El sistema de competencia así es: pasas la fase de grupos y luego la semifinal… Te juegas todo en un partido, o sea que si sales en una mala noche o el diablo mete la cola, puede pasar cualquier cosa”.
De lo que sí está seguro es de la paz interior que le significó llegar a lo más alto del podio continental. Pese a que la presión continúa, Tena reconoce que “sí trabajamos con más tranquilidad. No quiere decir que con más pasividad o exceso de confianza”.
“Trabajamos con total intensidad, conscientes de que nos espera un torneo muy complicado, jugándonos algo tan importante”.
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