Monterrey, N.L.-
“Siempre ha creído que es muy conveniente para todos, ser definidos y claros en todo, y por lo mismo, debemos decirlo con todas sus letras: Somos una Universidad liberal; laica; pro empresarial y pro comunidad. El centro de nuestra misión educativa es el ser humano. Buscamos formar personas íntegras y promover una sociedad solidaria, productiva y con equidad. Esa es nuestra más trascendente finalidad. Aspiramos a que nuestros egresados sean personas con valores positivos para la vida. Mas dispuestos a ser… que a tener. Mas dispuestos a servir… que a poseer. Esta es la razón de ser del Tec; por eso y para eso estamos aquí”, puntualizó.
El Ing. José Antonio Fernández Carbajal dirigió a la comunidad de más de 650 consejeros reunidos en la 27 Reunión Anual de Consejeros este 14 de febrero, un discurso en el que hizo saber el nuevo rumbo que tomará la Institución y que ejercerá como lo que llamó un “coordinador de liderazgos” y del trabajo que cada miembro de la Comunidad Tec -desde sus Consejeros hasta sus EXATEC- llevará a cabo como un formidable equipo, unido y al servicio del TEC.
“Las personas pasamos, las instituciones son las que perduran. Los convoco por tanto a consolidar la institucionalidad del TEC, es decir, a actualizar y fortalecer las normas, los procesos, las estructuras, la gobernanza, en suma, las reglas a las que todos debemos estar ceñidos, de tal manera que aseguremos que siempre y sin excepciones, prevalezca el superior interés de la institución, por encima de cualquier interés de personas o grupos por muy legítimos que puedan ser. Porque sólo así, con ética, ciudadanía, altruismo y ejemplo de participación, podremos cambiar este México de contrastes y desigualdades, de corrupción y de diferencias sociales”, dijo.
DISCURSO COMPLETO
Miembros de esta gran comunidad universitaria,
Consejeros,
Amigos del Tecnológico de Monterrey:
Hoy es un día muy trascendente para mí, porque aceptar el cargo de Presidente de Sistema Tecnológico de Monterrey representa un gran honor, pero sobre todo, un enorme reto que asumo con responsabilidad y entusiasmo. Tengan por seguro que me esforzaré por estar a la altura de la confianza que están depositando en mí.
Me compromete e inspira el ejemplo de Don Eugenio Garza Sada que inició en 1943 esta gran institución, la cual continuó su hijo Don Eugenio Garza Lagüera, en 1973.
Como sabemos, el primero, tuvo la visión de convocar a un grupo de líderes para fundar este gran Sistema Tecnológico de Monterrey y así, dar un definitivo impulso a la educación superior en México. El segundo, convirtió esta institución en un sistema multicampus a nivel nacional y además fundó la Escuela de Medicina.
La admiración y respeto que tengo a su memoria, me obligan moralmente a cumplir de la mejor manera posible la tarea que hoy se me está encomendando.
Durante el homenaje de anoche, todos nosotros tuvimos la oportunidad de expresar nuestro reconocimiento a la importante labor de Lorenzo Zambrano durante los últimos 15 años como Presidente de Consejo, el cual reitero en este momento ante todos ustedes, además de refrendarle mi más sincero aprecio a su persona, ya que gracias a su entrega, liderazgo y trabajo, no solo continuó con la obra de sus antecesores, sino que la engrandeció.
Lorenzo: te decimos muchas gracias por la huella y el trascendente legado que nos dejas, el cual será sin duda, firme plataforma para nuestro desempeño hacia adelante.
El Sistema Tecnológico de Monterrey es patrimonio de México para el mundo. Se ha constituido como una institución de gran relevancia para el desarrollo del país, no tan sólo por su amplia cobertura nacional sin paralelo, sino por la legitimidad y reconocimiento que tiene, como un sistema educativo único en América Latina, y tal vez a nivel global.
Al valioso patrimonio material y la importante infraestructura física, que con esfuerzo se ha podido construir, habrá que corresponder con lo esencial de nuestro cometido educativo.
Hay que utilizar esas instalaciones plenamente en beneficio de las propias finalidades académicas y formativas de alta calidad que nos proponemos. Su valor, solo se puede medir por lo que suceda dentro de ellas. Ahora, edificar lo inmaterial, es decir, los innovadores procesos de la excelencia académica, los valores, las actitudes y el humanismo empresarial, tendrá que ser asimismo, legado complementario que nos compromete a redoblar esfuerzos para continuar formando a los dirigentes de un país, y que estamos determinados a alcanzar en esta siguiente etapa de la institución.
Siempre he creído que es muy conveniente para todos, ser definidos y claros en todo, y por lo mismo, debemos decirlo con todas sus letras:
Somos una Universidad liberal; laica; pro empresarial y pro comunidad.
El centro de nuestra misión educativa es el ser humano.
Buscamos formar personas íntegras y promover una sociedad solidaria, productiva y con equidad. Esa es nuestra más trascendente finalidad.
Aspiramos a que nuestros egresados sean personas con valores positivos para la vida.
Mas dispuestos a SER… que a TENER.
Mas dispuestos a SERVIR… que a POSEER.
Esta es la razón de ser del TEC; por eso y para eso estamos aquí, porque debemos ser determinantes en favor del progreso parejo de la sociedad, donde impere la legalidad y la justicia; la solidaridad y el trabajo.
Es por ello, que el primer gran reto que asumo, es el de impulsarnos a partir de lo hasta ahora logrado. Nuestra prioridad será darle continuidad a lo pertinente y realizar todos los cambios que sean necesarios para asegurar nuestra participación en el mundo, que se transforma vertiginosamente. La innovación constante será nuestra consigna. Hay que transformarnos para ser capaces de transformar, y así, asegurar nuestra viabilidad y permanencia ante los desafíos del presente y el futuro.
Como está en el lema de nuestra reunión: Si no cambiamos nosotros, México no cambiará.
Aspiro a ser un coordinador de liderazgos como los de ustedes, para que juntos, emprendamos una etapa que se siga caracterizando, por el afán de superación; con finalidades muy ambiciosas ciertamente, pero con sobriedad y austeridad en los medios que utilicemos para lograrlas; que consolidemos al Sistema Tecnológico de Monterrey como un poderoso instrumento de impulso al progreso socialmente compartido, que sea agente de cambio, promotor de la cohesión comunitaria, y sobre todo, como vehículo para la formación de profesionales competitivos y de ciudadanos responsables.
El segundo gran reto, es consolidar la excelencia académica. Queremos que el Sistema Tecnológico de Monterrey se distinga crecientemente y sin lugar a dudas por ello. La calidad de la enseñanza habrá de ser homogénea y nuestra aspiración es que aquí se encuentre la mayor concentración de talentos jóvenes de México.
Estoy seguro que encontraremos las estrategias y programas que nos lleven a cumplir con este reto. Efectivamente, habrá que iniciar por mejorar la calidad de los estudiantes que ingresan e incorporar en todas las áreas los indispensables procesos educativos donde aprender a pensar, a investigar y a resolver problemas sean los objetivos, incluyendo el desarrollo de habilidades, actitudes y valores, superando así, la educación, basada tan solo, en la acumulación de conocimiento.
Habremos de encontrar también, fórmulas que incentiven en alumnos y maestros la sana competencia dentro de cada Campus por trabajar duro y aspirar a formar parte del grupo que anualmente se distinga por su talento y capacidad, quienes habrán de ser apoyados de manera excepcional, con el rigor académico requerido, para poder estar a la altura de las más importantes universidades del mundo.
Estamos orgullosos de la eficacia y buen desempeño docente de los profesores, quienes actualmente se desarrollan en un modelo de alto volumen y buena calidad en general, sin embargo, nos proponemos facilitarles la creación de mayores espacios para la innovación y para la investigación con sentido práctico, es decir, que sea aplicable y útil en nuestro entorno económico y social.
Habremos de encontrar los más adecuados incentivos para estimular en nuestros maestros, la creatividad y el desempeño a su máxima capacidad. Debemos darles el empoderamiento que se requiera para que en efecto, sean el eje fundamental del proceso educativo. Nada debe inhibir la iniciativa propia que cada maestro tenga, para mejorarse y para mejorar su desempeño de manera continua. Nos esforzaremos en ello. Y esto, sin duda, queda como elevada prioridad.
Es también un formidable desafío hacer del Sistema Tecnológico de Monterrey una Universidad con creciente capacidad para construir conocimiento útil, con la libertad necesaria que permita una investigación más abierta y quizá riesgosa, pero con mucho mayor potencial.
Este es un buen momento para preguntarnos ¿cómo podemos ampliar el impacto del Sistema Tecnológico de Monterrey en el desarrollo del país, tanto en docencia, como en investigación? La oportunidad es única; la coyuntura del momento actual es propicia. Se cierra un fructífero ciclo institucional y entre todos estamos abriendo uno nuevo. Lo reitero: innovar es la consigna de esta etapa. Tenemos que desarrollar la capacidad práctica de nuestros estudiantes para crear soluciones inexistentes, a partir de los elementos existentes. Enfocaremos la investigación para que pueda ser útil para la vida diaria.
En resumen; confío en que sabremos contestarnos, con la participación de todos ustedes, la pregunta: ¿qué tenemos que hacer como institución educativa para seguir siendo únicos y diferentes, y continuar ocupando y mejorando nuestra posición de liderazgo en el plano educativo y formativo nacional e internacional, ante tantos y tan vertiginosos cambios del entorno global que estamos viviendo?
El énfasis en la excelencia académica, tiene como finalidad promover la competitividad y la productividad para el crecimiento del país, a través de la generación de certidumbre y de oportunidades para nuestros jóvenes; este es nuestro tercer gran reto.
Ha sido característica del Sistema Tecnológico de Monterrey, el procurar la vinculación efectiva entre la educación, el empleo, el crecimiento económico y el mejoramiento social. El mejorar los niveles de vida y atenuar la desigualdad, es hoy más que nunca, una obligación ineludible y una de las más sensibles y trascendentes finalidades del Sistema Tecnológico de Monterrey y de todos nosotros.
Habremos de ser capaces de formar personas con vocación de emprendedores, que generen fuentes de empleo para sí mismos, y para otros. Habremos de consolidar la habilidad de la institución para que nuestros egresados sean capaces de generar nuevas empresas, lo cual es esencial para el futuro del país. Es válido aspirar a que un alto porcentaje de las nuevas empresas de México y de otros países de procedencia, sean generadas por alumnos, profesores o investigadores de nuestro Sistema.
Hace unos días encontré el siguiente párrafo en el interesante libro denominado “Empresarios oprimidos”, cuyo autor es el talentoso y reconocido intelectual, oriundo de Monterrey y además EXATEC, Gabriel Zaid; dice así:
“Las pequeñas empresas son un almácigo de iniciativas prácticas, una escuela formadora de personas capaces de actuar por cuenta propia, una red abastecedora más flexible para atender las variaciones de la demanda en el espacio y en el tiempo. Como si fuera poco, le sacan más partido a su escaso capital y son capaces de poner a producir a una persona con inversiones mínimas”. Termino la cita.
Refrendamos pues el compromiso de que, una bien ganada característica distintiva del Sistema Tecnológico de Monterrey, sea su eficacia en el emprendimiento empresarial y social. Nos proponemos ser una de las mejores universidades en emprendimiento y empleabilidad en el mundo. Todas las buenas ideas deberán tener la misma oportunidad de convertirse en realidad para generar empleo, rentabilidad, retorno e impacto social.
También creo en el importante papel que tienen los Centros de Educación Superior en el debate de las grandes cuestiones nacionales y de las políticas públicas que determinan el rumbo y desempeño del país.
Por ello, es asimismo parte de nuestra agenda, la ampliación de las oportunidades donde la libertad de pensamiento y la pluralidad de las ideas, se manifiesten con amplitud y se tenga como resultado la construcción de consensos, que son indispensables para la convivencia social y la gobernabilidad en democracia. El respeto a las diferencias, la tolerancia y la búsqueda de convergencias, deben ser parte de nuestra vida cotidiana institucional y característica importante de la cultura que promueva y viva el TEC.
México es un gran país; con enormes recursos; gente; e instituciones capaces de superar sus problemas; pero también tenemos graves rezagos y contradicciones, pues lamentablemente persiste desigualdad y pobreza, prevalece la inseguridad, la mayoría de nuestros jóvenes carecen de oportunidades y viven sin esperanza de un futuro con certidumbre de mejoría y superación.
Lo que podría ser nuestra principal fuerza productiva y la mejor energía generacional, es hoy, por el contrario, nuestra principal vulnerabilidad social.
Ante tal inocultable realidad, el Sistema Tecnológico de Monterrey, que somos todos nosotros, tiene una gran responsabilidad que no debemos eludir, sino encarar con seriedad y consistencia. Reconocer el vaso medio vacío, nos reta y compromete; y valorar el vaso medio lleno nos motiva y nos impulsa.
La excelencia académica de nivel mundial, que subrayo como prioridad, la investigación de vanguardia y el impulso emprendedor a favor del empleo, serán nuestras poderosas palancas transformadoras para impulsar el progreso, el crecimiento y la equidad.
Convoco a toda la comunidad del Sistema Tecnológico de Monterrey, a visualizar el deseable vaso lleno, a trabajar con entusiasmo por el futuro que queremos para la institución y para México, y dedicarnos a ello con entusiasmo, mucha determinación y optimismo.
Mis compañeros consejeros y directivos; los maestros, alumnos y ex-alumnos; todos, tenemos un espacio de participación para hacer juntos esta hazaña colectiva.
Es imprescindible hacer un llamado a la comunidad más grande del TEC, los más de 230 mil egresados en posiciones relevantes en el país y en el mundo.
Ex-alumnos que dan prestigio a nuestra institución y constituyen una plataforma de relaciones, experiencias y conocimientos en el mundo.
Imaginemos los alcances que podría tener esta gran red para compartir sus logros y enseñanzas. Estoy seguro, que estarán dispuestos a compartirlos con su querida alma mater. El TEC estará abierto a sus sugerencias y sus propuestas.
Estoy admirado de la variada y enorme disposición que he recibido de mucha gente valiosa para colaborar con el TEC. Se los aprecio de antemano. Necesito de su ayuda la cual reconozco y valoro desde ahora.
Trabajemos como un formidable equipo, unido y al servicio del TEC. Las personas pasamos, las instituciones son las que perduran. Los convoco por tanto a consolidar la institucionalidad del TEC, es decir, a actualizar y fortalecer las normas, los procesos, las estructuras, la gobernanza, en suma, las reglas a las que todos debemos estar ceñidos, de tal manera que aseguremos que siempre y sin excepciones, prevalezca el superior interés de la institución, por encima de cualquier interés de personas o grupos por muy legítimos que puedan ser.
Porque sólo así, con ética, ciudadanía, altruismo y ejemplo de participación, podremos cambiar este México de contrastes y desigualdades, de corrupción y de diferencias sociales.
Nuestro distintivo en el Sistema Tecnológico de Monterrey será el emprendimiento, pero con un sentido social y humano. Tan importante será lo primero como lo segundo.
Los invito a trascender a través de lo que hagan por el TEC. La vida nos está dando esta oportunidad. Pongamos la voluntad y el esfuerzo, atrás del sueño y del ideal, e iniciemos desde ahora la construcción del legado, que en su tiempo habremos de entregar con orgullo y la satisfacción del deber cumplido. Dispongámonos en serio, a cambiar nosotros, para cambiar a México.
No hay labor más noble, más sensible y más trascendente, que la dedicada a la formación de personas de bien, de ciudadanos del mundo, preparados, capaces, solidarios, con conciencia social y con voluntad de servicio a sus comunidades. Personas y ciudadanos éticos, respetuosos, responsables y honestos.
Este es un gran privilegio que la vida nos ofrece: participar activamente en la formación de nuestros queridos jóvenes.
Y esta es, indudablemente, nuestra más profunda misión.
Amigos; gracias por su confianza.
La tarea es de todos nosotros, por la grandeza del Sistema Tecnológico de Monterrey, y por el progreso de México.
(SNC | SISTEMA TECNOLÓGICO DE MONTERREY / AGENCIA INFORMATIVA)
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