México, D.F.-
A Guillermo Vázquez ya ni siquiera se le nota la molestia de ver a sus Pumas perder en CU ante el Puebla. En su cara, lo único que se nota es la decepción de una caída. Ni las nubes sobre Ciudad Universitaria eran tan sombrías como el semblante del técnico de Universidad, tras la derrota por 0-2 de este domingo.
Tristes, peleados con el gol y, peor aún, con las victorias, los felinos sucumbieron en su cueva para dejar en claro que su crisis de resultados es una realidad. Cuatro encuentros sin sumar de tres y apenas cinco puntos en seis fechas disputadas.
Más grave todavía: ya ni el entrenador universitario le nota entrega, garra ni corazón a su conjunto.
“Hicimos un muy mal partido, de los peores que hemos tenido. Ante eso, hay muy poco rescatable, porque no tuvimos la pelota y los del Puebla fueron superiores a nosotros. Al equipo le faltó y dejó de hacer muchas cosas, y el resultado es justo para la vista”, admite Vázquez Herrera.
Memo parece sentir una pesada nostalgia ante la ausencia de Juan Francisco Palencia, quien era su hombre fuerte, capitán y guía de unos jóvenes auriazules, que hoy parecen sin rumbo en el terreno de juego.
Entre experimentos en su alineación inicial, la ausencia del ex ofensivo ha obligado al estratega universitario a buscar variantes, que no le salen y que terminan confundiendo a sus 11 hombres.
Este domingo sentó a David Cabrera y jugó sin un creativo clavado. Apostó más tarde por Javier Cortés, como un enlace entre la media cancha y los atacantes. Luego ingresaron Juan Carlos Cacho y David Izazola, por Eduardo Herrera y Emilio Orrantia, respectivamente. Martín Bravo también salió y el posterior ingreso de Cabrera fue anecdótico. Un desastre de Pumas, pese a los ajustes.
“Es mi responsabilidad. Al final, las cosas no se nos dieron, hubo movimientos de jugadores y ninguno se adaptó”, analiza el técnico puma.
De ese torbellino que tiene atarantados a los auriazules, el orgullo de La Franja salió avante.
Mal pagados, embargados y con fuertes conflictos administrativos a cuestas, los futbolistas camoteros demostraron que el amor a su profesión puede más que un salario caído para alcanzar la victoria.
No es que no les importe la falta de pago, sino que el profesionalismo sale por delante, porque sienten que dejar de ganar por un adeudo es una herejía contra la esencia del futbol.
Luis Ángel Landín y Luis García fueron los gestores de esa demostración de ansias de triunfo y probarle a su directiva que los jugadores del Puebla son de una pieza.
Marcaron los goles para asaltar CU al 5’ y al 67’, respectivamente.
Salieron contentos —sin olvidar lo que les deben— del estadio Olímpico de cielo nublado, mientras la tormenta cae sobre Guillermo Vázquez.
-Ya arreglaron los adeudos
Ricardo Henaine, presidente del Puebla, aseguró que ya arregló el tema de los adeudos de salario que tenían con los jugadores de su club, Mario Rodríguez y Daniel Osorno. Además, el mandamás camotero se envalentonó al manifestar que con el triunfo ante los Pumas se demuestra “la conformidad y entrega de sus futbolistas”.
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