Vanguardia vinícola, un reto a la tradición

México, D.F.-
Si hay un campo de la gastronomía en el que la tradición tiene raíces profundas, este es la enología, incluso tratándose del Nuevo Mundo. Sin embargo, en Holanda proponen modificar la cepa de los vinos calentándolos en el microondas y en Inglaterra pretenden conservarlos en botellas de papel.
El Nano Vino es el último invento de un grupo de científicos holandeses en conjunto con Koert van Mensvoort, Hendrik-jan Grievink y Ruben Daas, de la empresa de diseño Next Nature.
Se trata de un Merlot que, a partir del principio de nano encapsulación, puede modificar su gusto, color y aroma al calentarlo en microondas, ya que la temperatura activa diferentes partículas de sabor.
De esta manera, si se deja 9 segundos a 300 watts la bebida se transforma en un Barbera. A 600 watts bastan 2 segundos para convertirla en un Cabernet, 3 segundos para un Chianti, 5 segundos para un Pinot Noir y 7 segundos para un Syrah.
Las instrucciones indican que 9 segundos a 700 watts darían como resultado un Malbec. Finalmente, se necesitan entre 5 y 9 segundos a mil 200 watts para lograr un Montepulciano.
Este vino —que se vende en Amsterdam a 15 euros (alrededor de 255 pesos)— es parte del “nano supermercado”, una selección de productos modificados molecularmente que Next Nature espera producirlos a gran escala en la próxima década.
Ligero embotellamiento
GreenBottle es una compañía británica que “amenazó” al universo vinícola con lanzar en 2012 un envase de papel para vino, con el objetivo de reducir el impacto ambiental que generan las botellas de vidrio.
Martin Myerscough, fundador de la empresa, declaró a The Huffington Post que su propuesta biodegradable tiene como punto de partida el Reino Unido, donde cada año se desechan más de 630 mil toneladas de vidrio, según datos del Waste & Resources Action Programme (WRAP).
Dado que el envase de papel es 10 veces más ligero que el de vidrio, explicó, permitirá reducir el costo de transporte. Además, su estrategia contempla convencer a las vinícolas de instalar dicha tecnología en los viñedos para que el vino no tenga que ser llevado a una planta de embotellamiento.