México, D.F.-
La amistad, uno de los valores más hermosos que la vida ofrece; la amistad es un sentimiento voluntario de confianza, donde la persona de cualquier edad deposita en otra su amor filial, es similar a si uno eligiera a un hermano de una familia que no es la propia.
Desde pequeños los niños tienden a socializar, muchas veces orillados por la convivencia necesaria con los compañeritos del colegio. Algunos niños son más sociables que otros pero siempre es bueno inculcarles desde temprana edad a manifestar sus ideas y tratar, en la medida de lo posible a que no sean tímidos, que hablen, que se sientan cómodos en su propia piel.
Ser amigo representa buscar el bien común, que no haya un interés que vulnere la relación, como podría ser tratar de sacar un beneficio de esta compañía voluntaria. También debe existir una reciprocidad, dar sin esperar nada a cambio pero siempre es agradable recibir algo, el cariño es esencial.
La condición de igualdad es necesaria para que haya armonía; respeto es precisamente la no discriminación del otro por las razones que éstas fueren, los amigos son como los zapatos sólo que éstos sí se hablan.
Un amigo siempre buscará al otro con la intención de disfrutar de su compañía; a todos les resulta grato la compartición de ideas, ansiedades, sentimientos con una comparsa; pero sobre todo lo que más se desea es pasarlo bien; las risas vienen incluidas. La confianza total es requisito de la verdadera amistad porque es como buscar un alma gemela, alguien en quien se pueda abrir el corazón y contar con su total discreción, las máscaras o las medias tintas son características que arruinan cualquier relación interpersonal.
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