Indianápolis, E.U.-
Tras guiar a los Gigantes de Nueva York a su segundo campeonato del Super Bowl en cinco temporadas, Tom Coughlin aseguró que tiene toda la intención de seguir como coach del equipo.
Pero por ahora, lo imperativo es alistarse para el desfile de la victoria, que se realizará este martes en el extremo sur de Manhattan.
El entrenador de 65 años de edad cree que no hay motivos para pensar en el retiro en este momento.
“Este es mi oficio”, afirmó Coughlin. “Nunca he considerado en serio esa alternativa”.
Con su segundo título como entrenador, Coughlin puede seguir al frente de los Gigantes durante un buen rato.
Recién en julio pasado renovó su contrato, que abarca la próxima temporada y el equipo podría plantearle otra ampliación tras la cuarta coronación de su historia.
Está claro que Coughlin tiene muchas ganas de seguir.
“No soy de irme de pesca, tampoco de jugar golf”, dijo. “Mi esposa no se aburre de decirme: ‘es mejor que tengas algo que hacer… si te crees que te la vas a pasar aquí sin hacer nada, pues estás loco’”.
El director ejecutivo de Gigantes John Mara dijo que está claro que desea que Coughlin siga más años.
“Puede que tenga 65, pero tiene la energía de gente mucho más joven”, dijo Mara.
Los Gigantes empacaron sus maletas a primera hora de ayer emprendieron el viaje a Nueva Jersey. Su gran desfile será en el denominado “Cañón de los Héroes”.
– Ahora es tiempo de Nueva Orleáns
Ahora Indianapolis ya es parte del anecdotario, el Super Bowl XLVII se llevará a cabo en Nueva Orleans, una ciudad que ya se prepara para recibir a todos los aficionados de la NFL con los brazos abiertos.
Será la décima ocasión en la historia de la NFL que Nueva Orleans sea la sede del Super Bowl.
El juego por el cetro del próximo año se jugará el 3 de febrero en el Mercedes-Benz Superdome.
“A partir del domingo a la medianoche el Super Bowl comenzó a ser nuestro y ya inició”, comentó Mark Romig, presidente de la corporación de mercadotecnia turística de Nueva Orleans. “El 2013 está a la vuelta de la esquina y desde este momento los esfuerzos no se detendrán para organizar la mejor fiesta de todas”.
Con el estadio renovado después de sufrir los estragos del huracán Katrina en 2005, la ciudad planea las actividades de la semana previa al Super Bowl, evento en el que esperan una derrama económica de 400 millones de dólares.
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