‘Manita’ de Villa le da igualada a La Máquina

México, D.F.-
Literalmente de la mano de Emanuel Villa, Cruz Azul logró empatar a dos goles con el Atlante. Y decimos de la mano, porque Tito metió el primer gol de los cementeros, pero el segundo lo empujó con su antebrazo, lo que le valió a su equipo salir con vida de Cancún.
Si alguien jugó bien en el Quintana Roo fue el Atlante, que supo empatar por medio de Oswaldo Martínez e irse arriba por conducto de Ezequiel Cuevas, pero al final una manita le quitó tres puntos que tenía en la bolsa.
Sapiencia
El gol que marcó La Máquina se lo debe a la sapiencia que tiene el equipo. La astucia de Fausto Pinto para habilitar en el momento preciso, y la tranquilidad de Emanuel Villa para definir, lo que no tuvieron en toda la primera parte ni Oswaldo Martínez, Andrés Mendoza y Michael Arroyo. Estos tres jugadores volvieron loca a la media cancha y defensa de Cruz Azul y si no se hicieron presente en el marcador fue por su falta de puntería y las intervenciones de JJ Corona.
Los Potros fueron mejores. Quizá no tuvieron el balón tanto tiempo, pero lo explotaron de mejor forma y poniéndose mano a mano frente a los defensas. Los azules tocaron más veces la pelota, mas no pasaron del centro muy corto o muy largo.
Para la segunda parte Cruz Azul recuperó el control y parecía que lo coronaría con un segundo gol, pero Mario García, técnico atlantista respondió con el ingreso de Ezequiel Cuevas, que en pocos minutos entregó buenas cuentas ya que de sus pies nació el empate de Oswaldito.
Én cuanto se vio empatado, Cruz Azul quiso reaccionar, Enrique Meza hizo los cambios para ganar, con todo y Maranhao, pero la onza estaba del lado del potro. El joven Pereira por rechazar, le dio una patada en el rostro a Cuevas y se marcó el penalti que el mismo argentino hizo gol.
De inmediato La Máquina fue por el empate y Maranhao demostró el porqué fue traído y mandó un centro que Villa remató con la mano para el empate final.
Con este marcador, Atlante llegó a 7 puntos, por seis de La Máquina, una Máquina a la que le echaron una manita, para salvarse de la derrota.