Enero 22
Es un largo camino el que hay que cruzar desde Glendale, Arizona hasta llegar a Tampa, Florida.
Es más largo aun cuando se tiene que llevar consigo una historia de fracasos incontables, de éxitos inalcanzables y de historias que nunca fueron.
Los Cardenales han llevado consigo todo ese bagaje por décadas. Están más que acostumbrados a ser unos vagabundos sin algo que presumir.
De Chicago a San Luis, y de San Luis a Arizona. El éxito los esquivó en cada una de esas ciudades, hasta ahora.
Las razones de sus manos vacías están sin respuesta. Sólo queda un legado, muy largo por cierto, desde 1947, de vitrinas vacías y corazones rotos.
Esos fueron los motivos por los que algunos de los jugadores que pudieron haber cambiado esa historia de penuria, no quisieron intentarlo.
Joe Namath, el pasador profético, fue seleccionado por Arizona en 1965. Sin embargo, en lugar de unirse a la penuria de los Cardenales optó por cambiar de liga, emigrando a la AFL, donde cuatro años después sería Jugador Más Valioso del Super Bowl III con los Jets de Nueva York, provocando la fusión de ambos circuitos en el proceso.
Otros, como Namath, le siguieron, algunos no sólo cambiaron de liga, sino de deporte, como Kirk Gibson, el versátil receptor seleccionado en 1979, que eligió las Grandes Ligas y siendo el héroe de dos Series Mundiales en lugar de ayudar a cargar la pesada historia de Arizona.
El legado de los Cardenales tampoco se alteró cuando en 1998 utilizaron una selección en Pat Tillman, el duro profundo que los abandonó cuatro años después para unirse a la Fuerza Armada, pereciendo en Afganistán. Su país, sin duda, fue más importante que su equipo.
Muchos otros, se comprometieron a cambiar la historia de Arizona, sin embargo, no pudieron hacerlo sin ayuda.
Ottis Anderson, Jugador Más Valioso del Super Bowl XXV con los Gigantes; Jay Novacek, ganador de dos Super Bowls con Dallas, fueron desaprovechados por el equipo, encontrando la gloria años más tarde.
Otros, no han alcanzado la meta colectiva, aunque sí los éxitos individuales tras su salida del equipo como Thomas Jones y Kyle Vanden Bosch.
Ellos, a diferencia del resto, sin duda quisieran volver en estos momentos al desierto de Arizona, que está a un triunfo más de borrar gran parte de esa historia trágica.
Un triunfo más y la gloria no podrá escaparse más. El ansiado campeonato está a la vista.
A la vista también está algo más importante, el hecho de que una de las franquicias fundadoras de la NFL (nacida en 1920) pueda decirse ganadora de un título por primera vez desde 1947 y por segunda vez en su historia.
El paso hacia la luz está muy cerca, pero el camino es largo, sinuoso y muy pesado.
Así ha sido el andar de Arizona, sin embargo, a últimas fechas han aprendido a aligerar la marcha, a desprenderse de la carga innecesaria, como un pasado que los persigue, pero que en está ocasión no los ha podido alcanzar.
Tampa Bay está a la vista. Y el título también.
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