México, D.F.-
Antes de llegar al andén del Metro Juárez, dirección Universidad, es posible pasar por varias entradas, pero en una de ellas -al igual que en muchos accesos de otras estaciones del Sistema de Transporte Colectivo- reza la frase “No Pase”. Tan simple y tan invisible al mismo tiempo que casi nadie se percata de la prohibición y se salta la regla. ¿Por qué?.
De eso habla una instalación sonora que precisamente está puesta en ese lugar: se llama “Fronteras vulnerables”, y la creó una joven artista sonora de 27 años de edad, quien también era compositora y fagotista, Ruth Aguirre Velasco, recientemente fallecida.
Hasta el 29 de enero se presentará esta pieza que consiste en unas bocinas puestas de manera vertical en los costados de acceso hacia el andén, a través de las cuales todo el tiempo se escuchan diversas composiciones clásicas y contemporáneas (de autores como Erick Satie, John Cage, Edgard Varese, Claude Debussy, Antonio Vivaldi y J.S. Bach), pero que se detienen una vez que el publico elige entrar por allí, aun con la prohibición; entonces los peatones escuchan un ruido, ven unas luces y oyen el “No pase” (constantemente dado que muchos entran en contraflujo).
Los dispositivos son un sistema interactivo integrado por sensores, un dispositivo MP3 para sistemas embebidos, cámaras de video, bocinas y música de ambientación, casi siempre exclusivas de salas de concierto.
Con la pieza, Aguirre Velasco se propuso modificar patrones de conducta muy arraigados en la cultura mexicana, como la violación de señalamientos o normas establecidas para una mejor convivencia, mediante el uso del arte sonoro y otras tecnologías, explica Elizabeth Velasco, madre de la artista.
La propuesta de Aguirre Velasco era llevarla a este sistema de transporte, uno de los más concurridos del mundo. Su objetivo era además que el arte contemporáneo estuviera más al alcance del público. “La instalación busca provocar, al primer contacto, curiosidad y deseos de conocer de dónde surge o qué significado tienen este tipo de obras”.
La obra también tiene una propuesta educativa: coadyuvar a que, con medios alternativos, se respeten los señalamientos en sitios definidos.
A Genaro Zúñiga, un músico de 32 años, le agradó el hecho de que la propuesta de Aguirre Velasco sensibiliza a la gente a través de una música que no todo el mundo conoce, como son las piezas de Claude Debussy y Erik Satie, que se escuchan en la instalación sonora: “Está incorporada música contemporánea y piezas de la autora. Es una instalación para que haya música en México, no sólo en recintos cerrados. Creo que Ruth sabía que la música es una inspiración elevada que todos sentimos y percibimos, y esto no pasa desapercibido para la gente”.
Las respuestas del público han sido variadas; así lo ha advertido Elizabeth Velasco, quien se encontró con que son los jóvenes y los niños los que hacen un alto para leer y escuchar, mientras que los adultos pasan sin detenerse a pensar en la prohibición o a escuchar los audios.
Para la obra, la artista recibió la beca Jóvenes Creadores del Fonca-Conaculta 2011.
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