La población mexicana está viviendo una de sus peores etapas como sociedad después de la Revolución.
Y no es el momento de echar culpas, sino de establecer un programa de acción que detecte en los individuos las heridas emocionales provocadas por la guerra contra el narcotráfico y sus consecuencias.
El gobierno federal, con apoyo de los otros dos niveles de gobierno, emprendió una tarea llamada “rescate de espacios públicos”, que conlleva la construcción de parques en áreas verdes o el mejoramiento de los que ya están funcionando.
Esa tarea será complementada con actividades recreativas donde los vecinos puedan reunirse a dialogar y conocerse, de tal forma que se restaure el tejido social, como lo llaman ahora al hecho de hacerse amigos, compartir y cuidarse entre sí.
Ese plan de trabajo está muy bien, es atinado y necesario.
Pero hace falta llevar acciones muy concretas a aquellas poblaciones, como por ejemplo, la frontera chica, en San Fernando, en Nuevo Laredo, en Tampico, aquí en Ciudad Victoria, donde los ataques de la delincuencia organizada, las incursiones de las policías y el ejército han expuesto a experiencias en ocasiones espeluznantes a la población.
Presenciar balaceras, ver asesinatos a plena luz del día, estar en peligro de morir de forma violenta, no es algo que pueda asimilarse de la noche a la mañana.
Y si a eso se aúna la desaparición forzada de amigos, familiares, conocidos, provoca en las personas allegadas desánimo y un sentimiento de fragilidad e incertidumbre.
Urge, por ello, se estudie este fenómeno, se tomen en cuenta experiencias similares en otros países, como aquellos que han sufrido desastres naturales y han podido recuperarse, no sólo económica, sino emocionalmente.
Al próximo gobierno federal le queda la tarea de arreglar el desastre dejado por la administración actual, y ello implica no sólo crear las condiciones para generar empleos bien remunerados.
Sino establecer un programa de trabajo que implique localizar a las personas que requieren apoyo sicológico para salir de la experiencia negativa que ha dejado la lucha contra el narcotráfico en sus vidas.
Hay que restaurar las almas de esas madres, de esos hijos, esposos, padres que han perdido a sus familiares, ya sean de un bando o de otro. Aquí no se pueden hacer distingos, se requiere ayudarlos, si no queremos seguir pagando la factura muchos años más, la sociedad entera.
Porque el crecimiento del narcotráfico, de narcotraficantes y todo lo que hay alrededor de este mundo, es consecuencia del camino que tomó la sociedad, de los individuos más preocupados por sí mismos, que por su entorno. Y de entes gubernamentales que aprovecharon la ocasión para obtener dinero de actividades ilícitas, ya sea participando directamente o haciéndose como que no veían.
Veremos si algún candidato o candidata presidencial ha pensado cómo evitar que las consecuencias en la población sean aún más graves.
Porque hasta este momento, ninguno de los que quieren gobernar este país ha mostrado un poco de compasión por las familias dañadas económica y socialmente por la guerra contra y entre los narcotraficantes.
LETRA POR LETRA
Hoy habrá una rueda de prensa a las diez horas en el Museo Tamux para anunciar un ciclo de conferencias titulado La Ciencia… letra por letra.
El jueves a las 17:00 horas iniciará esta serie de pláticas con el tema Aves de Tamaulipas que será impartida por el investigador Héctor Garza Torres, del Instituto de Ecología Aplicada de la Universidad Autónoma de Tamaulipas.
El maestro Garza Torres es un experto en aves, tiene trabajo muy reconocido realizado en la reserva de la Biosfera El Cielo, seguramente su presentación será muy entretenida e interesante.
De esta forma el Tamux y el Instituto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes comienzan actividades abiertas a todo el público este 2012.
Correo electrónico: derrotero@hotmail.com
Twitter: @derroterotam
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