México, D.F.-
En una velada acogedora entre canciones, relatos y bromas transcurrió el primero de cinco conciertos que la cantautora española Rosana preparó para México.
Como es costumbre la cantante improvisó su repertorio basándose en las peticiones de su público que la recibió con ovaciones desde que apareció en escena.
Sentada en un sillón negro, con una pequeña mesita donde tres velas, dos botellas de agua y un portarretrato adornaban la estancia iluminada por la luz de una lámpara bajo la que la intérprete hizo un recorrido por su trayectoria, tocando temas como El Talismán, Si tú no estás aquí, Contigo y Varios popurrís, éstos últimos con la idea de complacer a todos sus seguidores.
El tema más coreado, en definitiva fue A fuego lento, en el que la cantante invitó al público a mover los brazos de un lado a otro y entre bromas comentó que su amigo Ricky Martín creía que había inventado dicho movimiento.
Rosana recibió un par de obsequios y firmó el disco de una de sus fans. Momentos antes de retirarse una fan con gran agilidad logró colarse al escenario para darle un abrazo a la intérprete, que durante dos horas cantó a su público capitalino acompañada sólo por su guitarra, en el Lunario del Auditorio Nacional.
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