Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.-
Fue la escena más triste, indigna para la historia del Guadalajara: Héctor Reynoso dio un codazo artero a Jackson Martínez para irse expulsado. El 3-1 frío como un testigo listo para activar la guillotina contra Fernando Quirarte.
El suéter rojo intenso sobre la espalda del “Sheriff” lució pálido ante la rabia, la impotencia y todo el cúmulo de sensaciones que puede tener un técnico que está en la lista de despidos inminentes.
“Para las pulgas” de Jorge Vergara, propietario del club rojiblanco, todo indica que el banquillo de las Chivas luce vacío en el futuro inmediato.
Dos derrotas en el inicio del Clausura 2012, una penosa actuación del equipo más ganador y popular de nuestro balompié en Tuxtla Gutiérrez, el cual de a poco ha perdido la confianza y el ímpetu ganador del torneo anterior. Los goles a tiempo, cuando se necesitan, tampoco llegan para el Rebaño Sagrado.
De eso se aprovecharon los Jaguares. Un conjunto que puede lucir sin mayores ideas, pero cuando se acerca al área devora a sus rivales a goles. Así se comió a un chiverío lento, para mayor sufrimiento de Quirarte.
Porque hasta la suerte se le ha volteado al estratega del Guadalajara, como si la diosa fortuna quisiera darle argumentos a Vergara para darle la puntilla final al técnico tapatío.
Una acción fortuita dejó un rebote a Yasser Corona para abrir el marcador (25’). Chivas intentó con pundonor, pero tuvo falta de puntería, porque apenas un minuto después el Rebaño pudo igualar; Édgar Hernández atajó.
Guadalajara como pudo logró el empate gracias a su capitán (53’). Fernando Quirarte regresó en sí, pero el destino le jugó una broma inclemente.
Cuando mejor jugaban los visitantes y El Sheriff sentía que podía asaltar el Víctor Manuel Reyna, apareció el hambre de gol chiapaneco. Entre Marcelo Rodríguez (63’) y Jackson Martínez (72’) terminaron —tal vez— con la era del otrora símbolo chiva en la dirección técnica del equipo rojiblanco. Ese puesto pende de la paciencia de Jorge Vergara, la cual no suele ser mucha.
Al final, ese codazo de Reynoso, el capitán, el icono, el que debe servir de ejemplo al joven plantel tapatío lo dijo todo. Lo hizo sólo para hacer aún peor la debacle del Guadalajara.
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