México, D.F.-
José Mauricio dio el primer paso en pos de la reconquista. La artística faena que cuajó el domingo en la Plaza México ante “Piamonte”, toro de bandera de la ganadería de La Estancia, lo vuelve a poner en la escena y, sobre todo, descubre su fondo torero, mérito que destaca el diestro.
“El primer toro era complicado, había que hacerle las cosas muy firme y al final le pegué muletazos”, reflexiona José Mauricio. “Pero el segundo toro era extraordinario y lo supe aprovechar, supe estar a la altura, porque esos toros también te descubren si eres mal torero y yo sentí mucho con ese toro”, agrega el capitalino, cuyo pecado frente a “Piamonte” fue el desempeño con la espada.
“Me pesó mucho pincharlo”, admite. “Creo que le hubiera podido cortar el rabo, la gente brincaba con la faena, se levantaba de sus asientos y eso no es fácil”, subraya Mauricio.
El capitalino destacó la obediencia, clase, fijeza y nobleza como las mejores cualidades del ejemplar de La Estancia, propiedad del criador Alejandro Martínez Vértiz, al que, asegura, pasaportó a la hora oportuna.
“Si le hubiera pegado dos tandas más, la gente hubiera pedido el indulto y no siento tampoco que el toro fuera para indultarlo; creo que lo maté en el momento justo. Estoy contento porque fue un toque de atención para que me vuelvan a dar toros, era lo que buscaba. Estoy contento porque me abandoné, sentí mucho lo que hice, es una de las mejores faenas que he hecho en la Plaza México”, sentencia el torero.
Mauricio habla también a propósito de la cara que mostró en La México el domingo pasado, la de un torero distinto, sin dudas, faceta que atribuye a su nueva relación de apoderamiento con Roberto Fernández.
“‘El Quitos’ es un gran profesional y me ayudado mucho en la mentalidad; la perdí un poquito el año pasado que me enfoqué más en la técnica que en sentir y en ser yo, es en lo que más me ha ayudado “El Quitos”, fue una persona clave en este momento”, finaliza.
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