Ginebra, Suiza.-
La agencia de Naciones Unidas para la Reducción Internacional Estratégica de Desastres ratificó hoy que las pérdidas de hasta 380 mil millones de dólares por desastres naturales en 2011, lo ubican como el año más caro de la historia de catástrofes.
En un comunicado la agencia, que citó reportes de las compañías de seguros Swiss Re y Munich Re divulgados en diciembre pasado, subrayó que los terremotos ocurridos en 2011 en Japón y Nueva Zelanda representaron la mayor parte de esas pérdidas.
Swiss Re señaló en diciembre pasado que 2011 también hubiera sido el año más costoso para la industria de seguros en Japón, si la mayoría de los afectados por el terremoto de marzo pasado hubieran contado con un seguro de cobertura amplia.
Las pérdidas de las aseguradoras japonesas ascendió a 105 mil millones de dólares en comparación con los 123 mil millones en 2005 que se perdieron con los huracanes Katrina, Wilma y Rita en su conjunto, recordó la agencia de Naciones Unidas.
Los resultados del 2011 fueron contra las tendencias generales ya que los desastres meteorológicos son los factores naturales de pérdidas, pero el año pasado casi dos tercios de las pérdidas económicas y la mitad de las mismas aseguradas derivó de los eventos geofísicos.
Munich Re subrayó que “incluso sin tener en cuenta las consecuencias del accidente nuclear, las pérdidas económicas causadas por el terremoto y el tsunami (en Japón) llegaron a 210 mil millones de dólares, la catástrofe natural más costosa de todos los tiempos”.
Indicó que además de la cantidad de personas que perdieron a sus seres queridos, las sociedades se enfrentan a enormes pérdidas financieras que han de ser cubiertas por las corporaciones, las organizaciones de socorro o por los gobiernos y, en última instancia, por los contribuyentes.
El economista de Munich Re, Torsten Jeworrek, señaló que por fortuna “una serie de graves catástrofes naturales, como las del año pasado es un fenómeno muy raro”.
“Hemos tenido que lidiar con eventos que tienen periodos de retorno de una vez cada mil años o incluso más en los lugares en cuestión”, dijo.
El terremoto en la ciudad de Christchurch, Nueva Zelanda, registrado el 22 de febrero de 2011 con una magnitud de 6.1 grados Richter, dejó perdidas por unos 16 mil millones de dólares, de los cuales 13 mil millones estaban asegurados.
El jefe de la unidad de Investigación de Riesgos de Munich Re Geo, Peter Hoppe, señaló que esos terremotos son un recordatorio oportuno sobre las decisiones de en dónde construir las ciudades.
Indicó que es necesario un examen cuidadoso y serio de esos riesgos, en especial en algunos edificios cercanos a las centrales nucleares.
“Además de los códigos de construcción en las regiones expuestas a los terremotos, es necesario implementar reglas aún más estrictas, con el propósito de que los edificios no sólo queden en pie como una medida para salvar vidas, sino para poder ser usados después”, recomendó.
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