México, D.F.-
Distinto. Así lució José Mauricio este domingo en la Plaza México, ajeno a los titubeos de otras temporadas, firme, con fondo torero, inspirado y valiente.
El capitalino cortó una oreja y fue el triunfador de la décima corrida de la Temporada Grande, en la que se lidió un encierro de la ganadería de La Estancia, del que sobresalió la calidad de cuatro ejemplares.
El sexto fue premiado con arrastre lento. La nueva alianza de apoderamiento con Roberto Fernández “El Quitos”, pareció darle otro aire a José Mauricio.
El diestro estuvo firme frente a un primer ejemplar que rebrincaba y se vencía, que buscaba hacer daño al torero. Mauricio se cruzó, pegó toques fuertes y trazó muletazos de valía.
Aparentemente, resbaló al momento de cobrar la estocada y se fue en banda.
Dejó la ración de acero en el segundo viaje y cortó una oreja, premio que levantó algunas protestas.
Ése fue sólo el inicio de una tarde brillante para José Mauricio. Bordó el toreo ante Paimonte, el sexto, un toro de bandera de La Estancia, bravo, noble, con clase, de gran calidad.
Luminoso y variado en las ejecuciones con la capa, después, Mauricio corrió la mano con temple, en trazos largos, lentos, de gran dimensión y alto impacto al tendido, animal magnífico para la muleta.
Una faena consagratoria, que el capitalino malogró con los aceros.
La salida a hombros, por la puerta grande, quedó en una vuelta al ruedo con protestas. Recorrido por el redondel en el que lo acompañó un pequeño nieto del ganadero Alejandro Martínez Vértiz, propietario de La Estancia, quien reivindicó el apellido que su hijo, torero de mismo nombre, maltrató hace un par de semanas en la Monumental Plaza de Insurgentes.
Por su parte, Fermín Rivera patentó el toreo serio y firme que lo hizo triunfador en La México a finales del pasado diciembre.
La afición le pidió un trofeo en su primera intervención y lo silenciaron en la segunda, misma en la que el juez de plaza le sonó un aviso.
Aseado, dueño de solvente técnica se mostró el español Pedro Gutiérrez Lorenzo “El Capea”, cuyo pecado en la décima corrida de La México fue la espada.
Regaló un ejemplar con el que lució su toreo depurado, mas también lo malogró con el acero.
El próximo domingo, la empresa de la Plaza México anuncia a Rafael Ortega, quien confirmará la alternativa de Angelino de Arriaga, ante el testimonio de Fernando Ochoa y un encierro de Arroyo Zarco.
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