Para los mexicanos el camino a la democracia sigue lleno de obstáculos.
México con sus raíces indígenas y la conquista española, ha batallado para cristalizar la democracia que los ciudadanos y ciudadanas esperan por siglos.
Después de la Revolución, México se convirtió en rehén de un grupúsculo de familias que sobreviven en sus herederos hasta la actualidad.
Al revisar los antecedentes familiares de los protagonistas del 2012, se constatan esos lazos que se remontan a decenios.
Las mismas familias controlando el país.
Centralizando las decisiones, apropiándose el derecho de pensar por más de cien millones de ciudadanos que no radican en el Distrito Federal.
Y fue hasta el siglo XXI cuando después de 71 años de hegemonía del tricolor, el voto ciudadano lleva al PAN a ocupar la silla presidencial.
Pero quienes constituyeron ese gobierno, no eran aquellos panistas que lucharon años y años desde la oposición.
No, llegó un grupo de supuestos empresarios, que nunca fundaron una empresa.
Llegaron con Fox, quien tampoco era empresario, sino empleado de una trasnacional.
Pero a Fox le fue bien, los precios altos del petróleo le permitieron una tranquilidad económica al país, que los ciudadanos atribuyeron al panista de las botas.
Aunque en realidad Fox poco hizo por la economía, quien sentó las bases fue su antecesor Ernesto Zedillo.
Pero al blanquiazul le tocó disfrutar las mieles de esos precios del barril de petróleo, que generó millones y millones de recursos nombrados como excedentes petroleros.
Los gobernadores se dieron vuelo gastando esos recursos y el país, parecía que al fin había alcanzado cierta estabilidad.
A los seis años del gobierno foxista, donde su protagonista nunca se asumió como presidente, él siguió en campaña siguientes seis años, y llega a una reñida competencia electoral que semanas antes de la elección estaba definida a favor del candidato de las izquierdas Andrés Manuel López Obrador.
El candidato panista, Felipe Calderón no se queda con los brazos cruzados y acomete una estrategia que culminó con una diferencia de menos del 1% en las urnas a su favor.
Obligándolo a entrar por la puerta de atrás en la Cámara de Diputados para poder tomar posesión de la presidencia, incluso, él mismo tuvo que ponerse la banda presidencial, no esperó a que su antecesor, Vicente Fox, se la colocara.
El autonombrado presidente del empleo, deja al país con una tasa de desempleo de las más altas registradas en comparación con sexenios anteriores.
Un baño de sangre que el país recordará por los siglos de los siglos.
Y todos nos preguntamos y ahora qué sigue.
Los optimistas dicen que no podemos estar peor que como estamos.
Pero eso pensábamos en Tamaulipas, y ya vemos que sí puede suceder.
Así que hoy viernes, a menos de dos días de la elección federal, dejemos a un lado la indolencia y vayamos a votar.
Porque aún con esos gobiernos deficientes, México gana, cuando el voto se respeta.
De nosotros depende hacernos respetar.
CIVILIDAD HASTA QUE SE ROMPA
Los cuatro aspirantes presidenciales se mostraron consecuentes y modositos en la firma del Pacto de Civilidad en el que se comprometieron a respetar los resultados de la elección del domingo ante los consejeros del Instituto Federal Electoral.
Andrés Manuel López Obrador, candidato perredista quien ha estado barruntando fraude electoral, estrechó la mano de su contrincante, el priista Enrique Peña Nieto.
Era la foto más esperada de la tarde y duró escasos segundos, según narran algunas notas periodísticas.
Ese apretón y su cobertura, confirma que la panista Josefina Vázquez Mota cayó al tercer lugar de las preferencias electorales.
Correo electrónico: derrotero@hotmail.com
Twitter: @derroterotam
Discussion about this post