Una espesa neblina gris en torno del Estadio Nacional y sobre la ciudad redujo la visibilidad a un kilómetro y medio. En vísperas de la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos, el aire contaminado de Beijing puso de manifiesto el problema más visible para los organizadores olímpicos que habían prometido limpiar la capital.
Pese a los enormes esfuerzos chinos por mejorar la calidad del aire en los meses anteriores a las olimpiadas, la bruma espesa que cubre la ciudad este jueves ilustra lo difícil que puede ser despejar el aire. Todo dependerá de las circunstancias climáticas: viento y lluvia.
”Yo esperaba que las medidas pudieran tener más efecto que la semana pasada”, dijo Zhu Tong, profesor adjunto en el Colegio de Ciencia e Ingeniería Ambiental, en la Universidad de Beijing, que aconseja al gobierno en cuestiones de contaminación.
”Lamentablemente, tuvimos condiciones meteorológicas que no fueron propicias para despejar el ambiente. Por eso, el aire estancado en Beijing contribuyó a que se acumularan los contaminantes. Espero que en el próximo par de semanas tengamos condiciones que nos permitan limpiar el aire”.
El pronóstico para el viernes, durante la ceremonia inaugural de los juegos, anticipaba cielo cubierto con ligera probabilidad de lluvias por la tarde, dijo la agencia meteorológica china.
Pero el alivio podría llegar el fin de semana, con un pronóstico de lluvias moderadas que podrían despejar los contaminantes.
Este jueves el índice de contaminación en el aire era de 96, que se acercaba al límite de aire aceptable. Los registros de 51 a 100 son considerados contaminación moderada, y todo lo que sobrepase los 100 es perjudicial para los grupos sensibles, incluyendo niños y ancianos.
Los registros independientes recopilados en la principal avenida olímpica indican que, aunque hay notables altibajos, las concentraciones de PM10, la partícula contaminante más dañina, eran a menudo muy superiores a lo que la Organización Mundial de la Salud considera saludables.
El viernes, las lecturas revelaron una concentración de PM10 de 373 microgramos por metro cúbico, muy por encima de los 50 que la OMS considera saludable.
El aire notoriamente contaminado en esta megaciudad de 17 millones de habitantes ha sido una preocupación desde que Beijing ganó la organización de los juegos en el 2001. China ha invertido 140 mil millones de yuans (alrededor de 20 mil millones de dólares) para descontaminar la ciudad. Pero los esfuerzos ambientalistas no son suficiente frente a la constante construcción y el aumento del tránsito.
Los deportistas que participan en los juegos del 8 al 24 de agosto manifestaron su preocupación desde el comienzo por las consecuencias de la contaminación sobre su salud y su desempeño, y muchos optaron por entrenarse fuera de Beijing.
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