Varsovia, Polonia.-
Un chispazo del genio dormido basta para liquidar la primera serie de cuartos de final de la Eurocopa 2012. A 11 minutos del final, Cristiano Ronaldo olfatea el centro que catapulta Joao Moutinho desde el callejón derecho y el veloz astro luso anticipa al desconcertado Gebre Selassie para fulminar con un picotazo al gran Petr Cech.
Decidido adiós a la actuación de la República Checa y boleto directo a semifinales para Portugal, que de la mano del ídolo del Real Madrid aguarda al ganador de la serie entre España y Francia, a disputarse el sábado en Donetsk, Ucrania.
Arrancan en reversa
Los lusitanos tardaron mucho en pisar el acelerador en el National Stadium de Varsovia, en Polonia. Tanto así que durante los primeros 20 minutos consintieron al rival. Le concedieron la posesión y sólo apretaron en zona roja, sin que los checos exigieran a los relajados portugueses.
Lo malo es que dicho arranque desgasta, aburre y la historia aparenta como si se tratara del inicio del certamen o, peor aún, de algún amistoso de poca monta.
La única jugada a destacar en el primer tiempo pasa por los pies de Cristiano Ronaldo, sobre el último minuto. El crack baja el esférico con el pecho, supera fácil a su marcador y sólo el poste evita que redondee la maniobra ofensiva.
En el complemento, Portugal es otro. Sobre el minuto 57 Hugo Almeida sacude las redes tras un centro de Nani desde la banda derecha, mas el silbante Howard Webb, de la Gran Bretaña, invalida por un claro fuera de juego.
La presión agobia a los checos, quienes batallan para cerrar los espacios y, peor aún, salir con balón dominado. La apuesta entonces se reduce en aguantar, pero el futbol lusitano transforma el área bohemia en una auténtica hoguera.
Así se traduce luego de la anotación, cuya felicidad, en la cancha, se traslada a las tribunas. El estruendo hace vibrar a quienes sueñan con la primera Eurocopa en sus vitrinas.
Ellos, los checos, habían apostado todo por alargar el encuentro y procurar avanzar a semifinales en las últimas instancias. A partir del gol de Cristiano Ronaldo, la República Checa evidencia sus carencias. Es incapaz de reaccionar. Antes bien se ve acorralada por los hambrientos lusitanos, decididos, hasta entonces, a “matar” con brillo.
Sobre el minuto 82, voraz, el lateral Joao Pereira jala del gatillo y Petr Cech rechaza a su izquierda, para conservar la esperanza. Pero no es posible. El toque y la presión abruman a un contrincante que requiere el segundo aire, mas no le alcanza. Le falta futbol y también coraje.
Sin pasar de la segunda velocidad, Portugal le demuestra que es mucho equipo para sus aspiraciones. Y ni cómo hacerle.
El punto es que ahora, en semifinales, los lusos tendrán que generar el doble de su nivel futbolístico contra España o Francia, adversario al que deben encarar en la ciudad ucraniana de Donetsk, la misma plaza donde alguna de estas selecciones tendrá que salir mañana triunfante.
En una Euro que, furiosa, incrementa de a poco los decibeles, con el sonoro grito de “¡goool!”.
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