México, D.F.-
Una nueva realidad se impone. El concepto de madre soltera y el modelo familiar que implicaba es común desde hace tiempo, pero ¿y el de padre soltero?
En los 90 nadie se imaginaba que un hombre que trabaja, pudiera llevar un hogar y además criar a sus hijos. Esto sólo se veía en televisión, en el popular programa “Papá soltero”, que causó polémica. Ahora este fenómeno ha ido en aumento.
Jorge Mateos y Patricia Márquez vivieron 17 años de matrimonio feliz. Mónica en plena adolescencia tenía 16 años y Jorge Emmanuel, consentido por su madre, sólo contaba con 12 años de edad. Una vida feliz, llenos de amor y su madre al pendiente de ellos día con día.
De la noche a la mañana Patricia enferma de cáncer gástrico y muere. Jorge se mira en el espejo y preocupado comienza a ser madre y padre.
Según cifras del Consejo Nacional de Población (Conapo), durante 2006 en la ciudad de México existían 907 mil padres solteros al frente de sus hogares y del cuidado de sus hijos.
Diez años después, tras la separación de su segunda pareja, Jorge volvió a ser padre soltero. Mónica y Jorge Emmanuel ya crecieron, ahora la tarea de Jorge es guiar, consentir y jugar con el pequeño Leonardo de dos años de edad.
Englobados como hombres viudos, separados o divorciados e, incluso, hombres solteros que han adoptado hijos. Asimismo, hay quienes, tras la separación de sus parejas comparten la custodia de los hijos, convirtiéndose en “padres solteros” durante los fines de semana o durante la semana laboral.
Por su inmadurez y su corta edad Flor se fue. Sus intereses eran otros, no estaba lista para formar una familia.
A sus 24 años, Isaías Rodríguez tuvo que hacerse cargo de Alexis, quien a sus cuatro años no entendía la ausencia de su mamá.
Sin apoyos
A pesar del incremento de los papás solteros, la sociedad no aprueba que un hombre eduque a sus hijos, de ahí que los apoyos se enfoquen a madres solteras.
En México no se han implementado políticas públicas ni existen asociaciones que los respalden.
“Sería muy bueno que nos brindaran apoyo económico, de guarderías para no andar preocupado de quién me va a cuidar a mi hijo y que existieran asociaciones de orientación”, dijo Jorge mientras le daba un dulce a su pequeño Leo.
Además de ser proveedores, se las ingenian para ser mamá, papá, doctores, cocineros, sicólogos y amigos, entre otras cosas. Sin embargo, las redes sociales se han convertido en su plataforma para exigirle al gobierno leyes que los amparen.
En Facebook y Twitter crearon grupos de padres solteros en los cuales hablan sobre sus vivencias e intercambian ideas.
No hay escuelas para padres
“A través del tiempo vas aprendiendo el rol y es algo natural, más sencillo y eso de aprender a ser mamá cuando nunca lo fuiste es difícil, cuesta mucho, se necesita dedicación y mucha paciencia”.
Jorge recuerda los conflictos internos que vivió. Por un lado, la mamá exigente, por el otro, el papá consentidor. “Imagínate las broncas que me aventaba, papá y mamá en una misma persona”.
— ¡Mónica, te tienes que levantar, tienes que ir a la escuela!
— No, m’hija quédate, tienes que descansar.
La sicóloga Ana María Villarreal explica que a los hombres les asusta la idea de ser ellos quienes se quedan a cargo del hogar y de la crianza de sus hijos. Recomienda que para afrontar esta situación tomen terapias tanto los hijos como el padre, para crear un vínculo de confianza.
Para Isaías las cosas se complicaron. Intentó dar los mejores ejemplos, fue estricto y, sin darse cuenta que su sobreprotección, alejó a su hijo. Entrado en la adolescencia, Alexis se fue de su lado.
“Dejé de tener las fiestas, cuando me quedé solo con él, mi tiempo fue de él. Inclusive pude haber estudiado otra cosa más, sólo tuve la oportunidad de estudiar una carrera técnica, pero hasta eso ya no se puede, ahora tengo un hijo y no voy a tomar mi tiempo para mí por dejarlo a él, prefiero enfocarme a él”.
Aceptar la responsabilidad total de los hijos no es tarea fácil, hay que conjugar muchas obligaciones: desde el trabajo fuera de casa, a preparar la comida, arreglar el hogar, lavar la ropa, ayudar a los niños en las tareas escolares.
Se requiere convicción, determinación, disposición, tiempo y, sobre todo, paciencia, aseguran Jorge e Isaías.
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