En la historia de la humanidad hay casos donde la inventiva se adelanta al tiempo, por ejemplo, Julio Verne era un escritor y visionario que plasmó avances de la tecnología que en su época eran inimaginables y que sin embargo, fueron haciéndose realidad.
Sus obras literarias sirvieron después de referente para darnos cuenta que ese hombre se adelantó a su tiempo.
Y el miércoles, guardando las proporciones del caso, nos llamó mucho la atención lo que ocurre en un cortometraje creado por un joven victorense.
De alguna manera, Roberto Figueroa de la Cruz, a quien ya le podemos llamar cineasta, se adelantó a lo que estamos viviendo los mexicanos con la historia de Santiago Meza, “El Pozolero”, un hombre que se dedicaba desde hace nueve años a deshacer con ácido a las víctimas del cártel de Tijuana.
Pues bien, Figueroa de la Cruz, dentro de sus trabajos para aprobar su primer semestre en la New York Film Academy de los Angeles, California, hizo un cortometraje basado en un hombre de origen mexicano que radica en Estados Unidos, dueño de un restaurante.
Ese personaje creado por el joven director de cine, es un cocinero que es obligado por una banda a deshacerse de los muertos desmembrando los cuerpos, haciéndolos “cachitos”, algo similar a lo que hacía el llamado “Pozolero”, sólo que éste los cocinaba en ácido.
Figueroa de la Cruz creó esta historia el año pasado y hoy con la aprehensión de Santiago Meza nos damos cuenta como la realidad siempre rebasa a la ficción, porque el personaje fílmico “desapareció” tres cuerpos, mientras que “El Pozolero”, admite que “cocinó” a 300 víctimas del narcotráfico.
Por cierto, lo más probable es que esta persona libre la cárcel porque se limitó a deshacerse de los cuerpos, pero no secuestró ni asesinó, así que el delito tiene atenuantes que seguro usarán sus abogados para liberarlo.
Y volviendo al joven Figueroa, que por lo pronto tiene el mismo apellido de Rubén Figueroa el famoso director de fotografía, ya cuenta con otro cortometraje escrito y dirigido por él, con el que se graduó en Estados Unidos.
Se trata de la historia de Edward James, un británico de linaje aristócrata que vivió en Xilitla, San Luis Potosí, quien fue uno de los impulsores del pintor malagueño Pablo Picasso.
Figueroa de la Cruz se basó en la vida de este hombre para narrar su lado humano y próximamente será exhibido este cortometraje en varias ciudades de Tamaulipas y San Luis Potosí.
Durante la muestra, exhibida en la cineteca de esta ciudad, se exhibieron otros dos cortos, uno de Jonathan Ramírez, titulado “El Conserje” filmado completamente en las instalaciones del Instituto Tamaulipeco de Capacitación para el Empleo y otro llamado “Radio Atardecer”, de Marco Antonio Balboa, abogado con interés en el cine desde que estudiaba en la Universidad Autónoma de Tamaulipas. Este cortometraje tiene como locaciones las calles de Ciudad Victoria y la cabina de Radio Universidad.
Felicitaciones a estos tres cineastas victorenses.
OPACIDAD
No es nuevo que Tamaulipas sea calificado como un Estado opaco, en un estudio realizado por un organismo que se llama ARegional obtuvo 39 de calificación en un puntaje de cien, resultando como una de las entidades con menos transparencia del país.
De acuerdo al Índice de Transparencia y Disponibilidad de la Información Fiscal 2008, Tamaulipas no informa sobre el monto de los ingresos petroleros que son destinados al gasto público, y falta darle seguimiento a las áreas donde se destina inversión pública.
Como quien dice, a la administración estatal le hace falta volverse transparente y no basta crear un organismo que se supone, cumple con esta función.
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