Arlington, Texas.-
Ha recuperado la deslumbrante sonrisa que le caracteriza, también su mágico futbol. Giovani dos Santos se robó la tarde ante un contrincante, que siempre le moverá fibras sensibles.
Por sus venas corre sangre brasileña, la conexión es inevitable, aunque deja en claro que “soy mexicano y siempre quiero que gane mi Selección”.
“El gol ante el rival que sea es bonito, pero obviamente es especial jugar contra Brasil, porque tengo amigos, familiares, allá”, recuerda, emocionado. “Mi papá [Zizinho] es brasileño y para mí, siempre va a ser un duelo especial”.
Sobre todo, si apunta su nombre en el marcador. Pese a que luce más como una jugada fortuita, el habilidoso atacante sentencia que su tanto fue generado premeditadamente, no por la casualidad.
“Ya me lo preguntaron bastantes veces; la intenté así”, ataja, enérgico. “Vi que ‘Chícharo’ [Hernández] estaba solo ahí en el centro [del área], así es que la intenté así y gracias a Dios salió el gol”.
Lo que le permitió demostrarse a sí mismo que tiene capacidad para brillar en el club que sea. El ostracismo que vive en el Tottenham Hotspur es una cruel pesadilla, pero reitera que se debe a un tema de gustos, no de talento.
“Nunca he dudado de mis capacidades”, sentencia. “A pesar de que el director técnico en mi club [Harry Redknapp] no haya confiado en mí, siempre he estado entrenando al ciento por ciento”.
Es pieza clave en la Selección que y luce preparado para los retos, sin importar qué tan grandes sean.
“Todo el mundo vio este partido. El equipo estuvo perfecto hoy”, diagnostica. “El futbol mexicano viene creciendo y cada partido lo tomamos como si fuera una final”.
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