México es mío

Yo decido. Esta frase fue pronunciada por el rector del Tecnológico de Monterrey el viernes durante la graduación de mil 206 alumnos de esta institución educativa.
La frase está relacionada con lo que viviremos los mexicanos el primero de julio.

La suerte del país está en manos no de los partidos políticos que se disputan el poder, sino en aquellos mexicanos y mexicanas que saldrán a votar para que resulte ganador quien la gente elija.

Si bien los candidatos y la candidata dejan aspectos sin cubrir, está claro que no hay mas y uno de esos cuatro tendrá que cargar la responsabilidad de gobernar México los próximos seis años.

Por ello, no está tan descabellada la idea que se plantea respecto a que el gobierno se privatice.

Y se preguntará, ¿cómo que se privatice?

Sí, que de una vez los mexicanos decidamos “contratar” por seis meses a un grupo de personas para que se haga cargo de cada una de las áreas, seguridad, salud, economía, todo lo que conlleva dirigir un gobierno.

Y que se les pague, como de hecho ocurre, para que desempeñen esa labor.
Y se les esté auditando para verificar que cumplen con lo establecido.
De no ser así, que se les rescinda el contrato.

Porque en México, se parte de la idea de que lo que es de todos, no es de nadie.
Habría que delimitar la posesión de un país que se deshace ante la falta de compromiso de sus gobernantes, pero también de sus ciudadanos.
Nadie se responsabiliza de nada.

Y por ello, cada quien hace lo que le pega en gana y los resultados los estamos viendo todos los días con la violencia, la falta de empleo, la ausencia de valores y el derrumbe de la educación pública.

El próximo presidente o presidenta, tendrá que cambiar la forma como este país ha funcionado, pero se requiere de la participación de la gente.

Y como dijo el rector del Tec, México es mío, yo decido. Ese sentido de pertenencia se tiene que redescubrir.

Al hacerle daño a México, nos hacemos daño a nosotros mismos.

Y no es posible que a la vuelta de un año, después de las elecciones despertemos un día diciéndonos, “nos equivocamos, debimos de haber votado por tal o cual persona, no por quien quedó como presidente o presidenta”.

Por eso es importante, no sólo votar, sino estar al pendiente de quien resulte triunfador, cumpla con su responsabilidad y con el compromiso adquirido.
Ya no se aguantan otros seis años de estarle echando la culpa al pasado, para no dar los resultados esperados como ha sucedido durante las administraciones panistas.

Quien sea el elegido o elegida tendrá que asumir su realidad y dejar de justificarse ante los resultados negativos, si el paquete se les hace demasiado pesado, pues es un buen momento para que se retiren de la contienda.

Porque México es mío, yo decido.
 
LOS FIELES

Durante la graduación en el Tec de Monterrey destacó la ausencia de egresados de otros países.

Durante la ceremonia se acostumbra nombrar a los graduandos y mencionar de donde son originarios.

En ceremonias anteriores a la ola de violencia abundaban los jóvenes provenientes de otros países.

Esta vez la mayoría fueron jóvenes mexicanos que le apostaron a continuar en México, ya sea porque sus condiciones económicas no les permitieron irse a otros país o porque decidieron que pese a las condiciones de peligro es necesario solidarizarse con su país.

Para los directivos del Tecnológico esto debe representar también una enseñanza, de que su fortaleza se centra en los jóvenes mexicanos, no en los extranjeros.

El Tec ha podido sobrevivir por los mexicanos.

Entonces, es necesario que reoriente su labor educativa al bienestar de México y los mexicanos, así como hacer conciencia de abrir espacios para aquellos jóvenes que no cuenten con los recursos necesarios para cursar una carrera en esa institución tan cara, pero que tienen el potencial de desenvolverse con éxito en sus planes de estudio.

Lo sucedido el viernes en esa graduación demuestra que somos los mexicanos, los únicos que podemos salir de esta crisis, nadie más nos salvará, sólo nuestro esfuerzo y compromiso.

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