Cannes, Francia.-
La cinta de Michel Franco es un balde de agua fría que dejó helada a la audiencia de la Sala Debussy, donde se presentó la tarde del lunes su última creación titulada “Después de Lucía” y que compite en la sección “Una cierta mirada”.
Entre los asistentes que aplaudían con emoción no pudieron faltar Gael García Bernal cuya hermana, Tamara Yazbek, debuta en la película en un papel secundario y Nailea Norvind, la orgullosa madre de Tessa Ia, la protagonista de la cinta.
“Después de Lucía”, narra la historia de Roberto (Hernán Mendoza) y su hija Alejandra (Tessa Ia) que tras perder a la madre en un accidente automovilístico deciden cambiar de vida y dejar Puerto Vallarta, para empezar de nuevo en la ciudad de México.
Alejandra es una chica adolescente que intenta sobrellevar el cambio y ayudar a su padre a superar la depresión que sufre tras la muerte de su madre. Las cosas se complican cuando Alejandra empieza a ser víctima de abusos y violencia por parte de sus compañeros en la nueva escuela.
El filme de Franco es una pieza que toma de la mano al espectador desde el primer minuto y lo lleva a comprender la frustración, la rabia y la ira de un padre que llegará al límite de la desesperación y locura al descubrir de lo que ha sido víctima su hija. Después de un espeso silencio justo al terminar la cinta que dejó a todos petrificados, llegaron los largos minutos de calurosos aplausos de la gente que aún estaba conmovida y sobrecogida por la dureza y realismo de una película que habla de un tema muy actual como es el del bullying. En México, la CNDH estima que tres de cada 10 niños sufren acoso escolar y muchos llegan a cometer suicidio por tanta presión y agresión.
En Estados Unidos un estudio del Departamento de Educación de 2009 halló que más de una cuarta parte de los estudiantes habían sido víctimas. Estrellas como Lady Gaga y Barack Obama se han pronunciado en contra del bullying.
Abucheos y discusión
Una de las cintas más comentadas de la jornada es “Like someone in love” con la que el director iraní que fue Palma de Oro en 1997 por “El sabor de las cerezas” se lanzó a filmar en Japón, para ser más exactos, en Tokio.
La película narra el encuentro de una joven prostituta que una noche es enviada a trabajar con un anciano, ex profesor de Sociología. Lo que en un principio podría desencadenar en un simple encuentro sexual se convierte en una serie de situaciones hilarantes en las que la ternura y la melancolía se hacen presentes.
Roman Polanski presentó en el Festival de Cannes su último trabajo, un anuncio publicitario protagonizado por Ben Kingsley y Helena Bonham Carter. “Le he dado esto a Thierry (Frémaux, delegado general del Festival de Cannes) para demostrarle que soy tan bueno en el corto como en el largo”, bromeó Polanski ante una sala a rebosar.
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