México, D.F.-
A pesar de que el mal tiempo fue una amenaza constante, finalmente salió el sol , permitiendo que el fuego nuevo de la renovación que invadía el espíritu de los 300 canoeros de la Travesía Sagrada Maya 2012 llegara a su destino final: Xaman Há, actualmente Playa del Carmen , donde actores, bailarines, sacerdotes y público esperaban su llegada para comenzar la celebración que da la bienvenida a una nueva era o Baktún.
La travesía es una escenificación de uno de los rituales más antiguos de esta civilización, que nació desde hace seis años como una iniciativa del Parque Xcaret, para dar continuidad a la tradición que se remonta a la época del Posclásico Tardío (1250 – 1519 d.C.), cuando se dio el auge marítimo y comercial de los mayas, de acuerdo a las consultas que se llevaron a cabo en el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Se trata de un rito ancestral que realizaban las comunidades mayas que partían desde Polé, ahora Xcaret, para navegar hacia la Isla de las Golondrinas o Cuzamil (hoy Cozumel), lugar donde se encontraba el adoratorio y oráculo de Ixchel, diosa de la fertilidad, quien los recibía con sus consejos y otorgaba la llama naciente que aseguraría los frutos de su tierra y la descendencia de sus familias.
Para 2012 el mensaje de esta deidad, según la cosmogonía maya, es que habrá un cambio de era de la humanidad con un augurio de esperanza, transformación y un nuevo comienzo porque se ha logrado el equilibrio entre la vida y la muerte.
“Nuestro objetivo es rescatar las tradiciones que cada vez se están perdiendo. Lo que hacemos es reproducir lo que hacían los mayas de acuerdo con las investigaciones que hemos llevado a cabo previamente”, comentó Carlos Constandse, vicepresidente de Grupo Experiencias de Xcaret.
-Canoeros en acción
Después de navegar a lo largo de tres horas y media por el Caribe, 30 embarcaciones arribaron a Playa del Carmen, provenientes de Cozumel, tripuladas por 300 canoeros sofocados por el esfuerzo y la emoción de haber concluido con éxito su trayecto, que para muchos de ellos representa la sensación de vivir lo que posiblemente los antiguos mayas experimentaron.
“Hace cinco años que participo en la travesía y aún no puedo describir las sensaciones que me invaden, es algo que tienes muy dentro, como si se guardara en mi alma y, por lo mismo, es difícil expresar mis sentimientos con palabras”, comentó Silvia Soto, argentina radicada en el país desde hace 9 años.
Por su parte, Marco Antonio Maya, originario de Tabasco, también tiene un lustro surcando los mares en esta peregrinación. Además de llevar el curso de la canoa, él y sus hermanos se dedican a tallar la madera que le dará forma. Es un trabajo que realizan en conjunto cada año para el evento.
“Esto es lo que hacían nuestros antepasados y ahora tenemos la oportunidad de revivir de nuevo la acción. La intención de todo este evento es mantener viva nuestra cultura que no se quede sólo en el pasado, que sea conocido por las nuevas generaciones”, comenta.
Según la directora de Travesía Sagrada Maya, Leticia Aguerrebere, los participantes lo toman como una forma de introspección y crecimiento. Sobre todo para aquellos que no habían hecho algo extraordinario en su vida y ven en esto un reto personal.
“Participan personas entre 18 y 65 años. Esta vez, 35% de los participantes fueron mujeres y 65% hombres, quienes se preparan durante seis meses previos al evento para soportar los 28 kilómetros de Xcaret a Cozumel y otros 28 hacia Playa del Carmen”, asegura.
-Celebración del equilibrio
Una vez que desembarcan los protagonistas de esta historia, se inician las danzas rituales para celebrar el mensaje de la madre Ixchel. En Playa del Carmen la ceremonia da la bienvenida a sus hijos que traen internamente el fuego nuevo.
El escenario está frente al mar y en él se ha montado con una gran Ceiba Madre, que es el árbol cósmico y el eje del mundo. Para los antiguos mayas sus ramas conectaban a la tierra con el cielo, y sus raíces lo hacían con el inframundo. A su alrededor, mujeres, hombres y niños que participan en esta puesta en escena se concentran para observar cómo la bailarina que representa a la diosa Ixchel baila la Danza de la fertilidad.
Un grupo de abuelas hace lo mismo para representar la conciencia del hombre y posteriormente los señores del inframundo comienzan a coordinar sus movimientos al ritmo de las percusiones y los instrumentos de viento como caracoles de mar para dar a conocer que finalmente se restableció un equilibrio entre la vida y la muerte.
Para finalizar todos los bailarines ejecutan la Danza de la Rueda Calendárica para anunciar el fin de esta era que será el 21 de diciembre de 2012 y festejar una nueva o Baktún (144 mil días, aproximadamente 394 años). Este es el mensaje que dejaron los antiguos mayas y que durante toda esta Travesía Sagrada transmitieron sus organizadores, canoeros y actores: No se trata del fin del mundo, sino del comienzo de un nuevo ciclo, en el que los hombres deben despertar su conciencia para unificarse con su entorno y con sus similares.
Discussion about this post