Cannes, Francia.-
En la película de Michael Haneke no hay lenguaje cinematográfico nuevo ni sorprendente, tampoco hay grandes escenarios, ni actuaciones desbordantes. Todo está contenido. Hasta el dolor. Eso es lo que hace el cine de este director de culto tan potente.
Pues guste o no, su sello consiste en mostrar el sufrimiento sin edulcorantes ni paliativos. “No escribo películas para demostrar nada. Cuando se llega a cierta edad, el sufrimiento inevitablemente te conmueve. Es todo lo que quiero mostrar, no hay nada más. Por eso el rodaje se hizo en un apartamento”, aseguró el creador de Amor y quien no quiso entrar en una habitación de hospital para hacer algo que el público ya ha visto demasiado. “Estoy muy contento de finalmente haber hecho una película simple”, agregó al ser cuestionado acerca del por qué esta película nada denuncia.
Cuando el amor se pone a prueba
Cualquiera que conozca el cine de Haneke puede intuir que Amor de lo que menos va es de alegría y romanticismo. Por el contrario, la dura película del director ahonda en los accidentes de la vida, en las tragedias y en los momentos en los que todo se desmorona y el amor se pone a prueba. Todo esto encarnan sus protagonistas Georges (Jean-Louis Trintignant) y Anne (Emmanuelle Riva), dos octogenarios que llevaban una vida plena hasta que algo lo cambia todo. Su hija Eva (Isabelle Huppert) completa y añade fuerza a la dramática pareja.
El actor que ya no quiere hacer cine
Respecto a su participación en la cinta, el actor Jean-Louis Trintignant aclaró que ya no quiere hacer cine y su camino está en el teatro, pero que hizo la excepción sólo por tratarse de Haneke. “Acepté sólo porque Michel es uno de los mejores directores de cine del mundo, pero ya no haré más películas. Soy mejor actor de teatro. Sin embargo reconozco que ésta es la primera película en la que me da gusto verme”, aseguró el protagonista del filme Z, de Costa Gravas, por el que en 1969 se hizo con la Palma de Oro a Mejor Interpretación Masculina.
Las películas sacudieron las conciencias. The Hunt, del director danés Thomas Vinterberg, la que más. Y es que la historia plantea lo frágil del tema en cuanto a abuso infantil se trata y el cómo en un momento todos, hasta los más inesperados, pueden convertirse en víctimas. El verdugo que puede no serlo y la víctima que quizá sea el verdugo es lo más electrizante de esta película en la que la verdad y la mentira se confunden.
Según el propio director, The Hunt es el fruto de una gran investigación realizada en Dinamarca antes de rodar la película.
“Nos inspiramos en un determinado número de abusos sexuales leídos en la prensa. En un caso como éste, los niños son también víctimas, ya que sufren al tener que mentirles a los adultos para satisfacerles”, explicó acerca de la cinta en la que siempre queda la duda de quién tiene la verdad.
Ni los niños ni los borrachos dicen siempre la verdad… Al igual que en México, el director aseguró que en Dinamarca existe el dicho que afirma que sólo los borrachos y los niños dicen siempre la verdad, a lo que él comenta que ese dicho es mentira.
“Existen muchas puertas en esta película. Dejamos elegir al espectador”, señala.
Los rumores globales de Internet
Vinterberg también hizo alusión a la gran velocidad con la que los rumores y las noticias se propagan hoy en día por Internet. “La película se sitúa en el microcosmos de un pueblo donde la información circula muy rápidamente, como un virus. Gracias a Internet, el mundo se ha convertido en un pequeño pueblo donde los rumores se propagan a toda velocidad. Pero lo más importante de la película es el amor entre los personaje y que intentan acercarse a pesar de los malentendidos”, finalizó.
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